El «Red Bull» de los jornaleros: la sopa fría olvidada que te da más energía que una bebida isotónica
Aprende a elaborar esta receta andaluza que combina tradición, energía y frescura en cada cucharada
Esta sopa fría es una de las más populares de nuestro recetario
Antes de que existieran las bebidas energéticas de supermercado, los jornaleros andaluces ya sabían cómo recargar fuerzas de forma natural. Su secreto estaba en una receta blanca, cremosa y potente: el ajoblanco, una de las sopas frías más populares de nuestro recetario, al ... nivel del salmorejo.
Hecho a base de almendras, pan, ajo, aceite y vinagre, este plato tradicional ha sido durante siglos la gasolina de quienes trabajaban bajo el sol. Y no sólo por su sabor, sino por su capacidad para hidratar, alimentar y refrescar a la vez.
Hoy, que nos preocupa más que nunca lo que comemos y buscamos alternativas naturales a los productos ultraprocesados, el ajoblanco resurge con fuerza. Esta receta, humilde y deliciosa, combina ingredientes funcionales que aportan grasas saludables, proteínas vegetales, vitaminas y minerales esenciales. Y lo mejor: se prepara en apenas 10 minutos.
A diferencia de otras sopas frías como el gazpacho, el ajoblanco no lleva tomate ni pimiento. Su base son ingredientes humildes y contundentes. Esta combinación, lejos de ser simple, da lugar a una textura sedosa y un sabor envolvente, capaz de saciar sin empalagar. No es de extrañar que fuese uno de los platos favoritos de los campesinos en las épocas de más calor: es barato, fácil de preparar y verdaderamente revitalizante.
Así lo cocinamos
Ingredientes
- Almendras crudas peladas 150 g
- Pan del día anterior 100 g
- Ajo 1 diente
- Aceite de oliva virgen extra 4 cdas.
- Vinagre de vino blanco 2 cda
- Agua fría ½ l
- Sal Al gusto
- Uvas blancas, jamón o melón
Remoja el pan en agua unos minutos. Tritura las almendras junto con el pan escurrido, el ajo, el aceite, el vinagre y la sal. Añade el agua poco a poco mientras sigues triturando hasta conseguir una crema fina y ligera. Sirve muy frío, acompañado de uvas, trocitos de melón o jamón si quieres una versión más sofisticada.
Trucos y consejos
El ajo, mejor sin el germen para evitar que repita.
El pan, preferiblemente del día anterior, debe estar bien remojado y escurrido.
Para una textura más sedosa, cuela el ajoblanco tras triturarlo.
Si usas almendra con piel, escáldalas un minuto en agua caliente y pélalas para que el color quede blanco.
Puedes guardar el ajoblanco en la nevera hasta 3 días. Está aún mejor de un día para otro.
Información nutricional
El ajoblanco es una sopa vegetal rica en grasas saludables procedentes de las almendras y el aceite de oliva, con un perfil nutricional ideal para aportar energía y mantenerte saciado. También contiene fibra, vitamina E y minerales como el magnesio o el fósforo.
Pocas recetas como el ajoblanco unen tradición, nutrición y frescura en un único plato. Una joya del recetario andaluz que merece un lugar en nuestra mesa, especialmente en verano. ¿Te animas a probar el auténtico «isotónico» natural de nuestros abuelos?
Valor nutricional
Energía
190 kcal
Grasas
16 g
Proteínas
5 g
Carbohidratos
7 g
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