No es la misma para la tortilla: este es el tipo de patata que tienes que comprar para hacer aliño
Harinosa, nueva, vieja… No todas las patatas valen para todo, y elegir la variedad correcta es la clave para que tu ensalada de patatas no se convierta en un desastre
Con estos consejos, tu aliño de patatas estará delicioso
Puede parecer un plato sencillo, pero la ensalada de patata o patatas aliñadastiene su truco. Uno muy concreto: la elección de la patata. Porque por mucho que uses un buen aceite de oliva, pimiento rojo y verde bien cortados, cebolla morada o ... incluso huevo duro, si la patata no es la correcta, el resultado puede irse al traste.
Y sí, la patata para tortilla de patatas NO es la misma que la del aliño. Cada variedad tiene su comportamiento en la cocina: unas son más harinosas, otras más firmes, unas se deshacen al cocer y otras se mantienen intactas. Y ahí está la diferencia entre un plato de restaurante y uno que se deshace antes de llegar a la mesa.
La patata perfeca para ensalada: firme, sabrosa y con poca agua
Lo que buscamos en una buena ensalada de patatas es textura firme y sabor equilibrado. No queremos que se rompa al cortarla ni que se vuelva una papilla cuando añadimos el aliño. Para eso, lo mejor son las patatas nuevas o cerosas, con bajo contenido en almidón y una carne compacta que resiste bien la cocción.
Las patatas nuevas son las mejores para elaborar aliños
Este tipo de patatas no sólo mantienen su forma, sino que además absorbe mejor los sabores del aliño: el vinagre, el aceite, la sal y las hierbas aromáticas. El resultado es una ensalada sabrosa, con cada trozo de patata en su punto justo: ni dura, ni blanda, ni hecha puré.
Las que debes evitar (aunque sean buenas para otras cosas)
Las patatas harinosas —esas que van de maravilla para freír, para puré o para tortilla— son las peores aliadas si vas a hacer una ensalada. ¿Por qué? Porque se deshacen al cocer, sueltan mucho almidón y, al mezclarlas con el resto de ingredientes, acaban deshaciéndose. El aspecto no será apetecible y la textura menos aún.
Tampoco son buena idea las patatas que llevan mucho tiempo almacenadas, han perdido agua o están empezando a germinar. Pueden tener zonas duras, secas o con sabor desagradable. Recuerda: en platos tan simples como el aliño, la calidad del producto lo es todo.
Variedades que sí funcionan y que puedes encontrar fácilmente
Lo ideal es que uses patatas nuevas (de temporada), ya que, por su firmeza, sabor suave y buena respuesta a la cocción son idóneas para este tipo de elaboraciones. Además de que sean nuevas, estas variedades son las más recomendables para tu ensalada de patatas:
Monalisa: muy versátil. Si la compras de temporada, funciona bien para ensaladas y cocción.
Charlotte o Red Pontiac: compactas, sabrosas y aguantan muy bien en rodajas o cubos.
Spunta: con carne amarilla y firme, muy usada para hervir.
Patatas de Galicia: algunas variedades tradicionales gallegas, como Kennebec, pueden servir si se cocinan con cuidado.
Y si quieres más consejos para conservar en buen estado tus patatas, toma nota de este truco para que las patatas no se pongan negras o del motivo por el que no debes guardar las patatas con las cebollas.
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