Marius Borg, hijo de la princesa Mette-Marit, en prisión preventiva por presuntas violaciones

El pasado lunes por la noche, Borg fue detenido por tercera vez en lo que va del año, esta vez en el distrito de Frogner, Oslo, mientras viajaba en un coche junto a su exnovia. Según fuentes judiciales, la Fiscalía no tardó en ampliar los cargos contra él tras descubrir un nuevo caso de violación durante las pesquisas. Las acusaciones incluyen relaciones sexuales sin consentimiento con dos mujeres incapacitadas para resistirse, según declaraciones del fiscal Andreas Kruszewski, quien también ha solicitado una semana de prisión preventiva para evitar la destrucción de pruebas.

El abogado del joven ha negado categóricamente las acusaciones, calificándolas de «un error de juicio catastrófico» y defendiendo la inocencia de su cliente. Sin embargo, las pruebas parecen contundentes: la Policía ha encontrado grabaciones en el móvil de Borg que respaldarían los testimonios de las víctimas. Uno de los presuntos abusos habría ocurrido en septiembre, en su residencia dentro de la propiedad real de Skaugum.

Marius, quien no ostenta títulos ni pertenece oficialmente a la Casa Real noruega, enfrenta además denuncias por lesiones, daños y amenazas hacia tres de sus exparejas y un hombre. El Príncipe Haakon, esposo de Mette-Marit y heredero al trono, ha reconocido la gravedad de las acusaciones. En una breve declaración, expresó su apoyo a las posibles víctimas y abogó por que las autoridades puedan realizar su trabajo con independencia.

Por su parte, la Familia Real ha optado por mantenerse alejada del foco mediático, una tarea difícil dada la magnitud del escándalo. La sesión judicial, celebrada a puerta cerrada, dejó algunas incógnitas, pero ha trascendido que Borg solicitó la presencia de la prensa, confiando en que esto beneficiaría su imagen pública, una petición que fue rechazada por el tribunal.

Mientras la investigación avanza, la presión social y mediática sigue aumentando. Según el medio 'Dagbladet', los esfuerzos policiales están ahora enfocados en localizar a otras posibles víctimas, lo que podría agravar aún más la situación legal de Borg. A pesar de las críticas a las instituciones judiciales noruegas por parte de su defensa, los detalles que emergen no hacen más que complicar su panorama.

En un contexto tan delicado, la pregunta que muchos se hacen es cómo este caso afectará la percepción pública de la monarquía noruega, una institución que, hasta ahora, había logrado mantenerse relativamente intacta frente a controversias de esta magnitud.