Juan Carlos I navega en Galicia mientras Felipe VI sale al mar en Palma

Poco después de las doce de esta mañana, llegaba al Real Club Náutico de Sangenjo un sonriente y tranquilo Juan Carlos I. A pie de pantalan, junto al Bribón, le esperaba la tripulación al completo y también veraneantes y curiosos que aplaudieron nada más verle y le desearon lo mejor para su estancia en la ría de Pontevedra. Devolvió los saludos desde el coche y, al llegar, junto a su amigo Pedro Campos, se embarcó en el velero para iniciar un entrenamiento para la regata que comenzará mañana, una preparatoria para el campeonato mundial de la categoría 6m, que se disputará a finales de agosto en la isla de Wight, en Reino Unido.

Dos horas más tarde, más o menos, en la isla de Mallorca, Felipe VI se liberó de la corbata y el traje de chaqueta azul marino con los que había recibido a las autoridades baleares en el Palacio Real de la Almudaina y se dirigió al Real Club Náutico de Palma. Con una gorra color granate, un polo oscuro y unas bermudas azul claro, se subió junto a un escolta y otros dos acompañantes en una lancha motora, que le llevó hasta un velero de recreo en alta mar: el Windrose of Amsterdam. Una vez a bordo, la embarcación puso rumbo con el Rey a Cala Pi; y desde ahí navegó hasta Andratx y volvió.

Construido por Holland Jachtbouw en 2002, el Windrose of Amsterdam pertenece en la actualidad a un magnate tecnológico cuyo nombre no ha trascendido. Como ha pasado en veranos anteriores, según ha podido saber ABC, un grupo de amigos de Don Felipe han alquilado la embarcación y han invitado al Rey a pasar el día en el barco.

Con bandera de Malta, a principios de este año fue sometido a una nueva remodelación. La embarcación se puede alquilar por semanas, la tarifa de verano asciende a 100.000 euros.

El exterior fue diseñado por Dykstra & Partners y el casco es de aluminio. Puede alcanzar una velocidad máxima de crucero de 12 nudos. Cuenta, además, con suites, todas ellas con baño privado. Con capacidad para 8 huéspedes, dispone de una tripulación de siete personas, que incluye a su capitán, que es de aquí, de Palma.

Don Juan Carlos inició ayer su tercer viaje a España. Aterrizó en Vigo desde Abu Dabi y, una vez allí, se instaló en casa de su amigo Pedro Campos, donde permanecerá hasta el próximo lunes. Don Felipe llegó también ayer a Mallorca, donde esta mañana ha iniciado su actividad institucional y ha recibido a las renovadas autoridades baleares. En principio, en esta nueva visita de Juan Carlos I, no hay previsto un encuentro entre padre e hijo. Aún así, los dos continúan con su afición por el mar y la vela. Esta pasión de la familia Borbón –transmitida de padres a hijos desde Alfonso XIII– se la inculcó Don Juan Carlos a su hijo desde pequeño. Y es que, el padre siempre ha dicho que el único lugar donde se ha sentido libre es surcando el mar.