La gigantesca diferencia entre las herencias de Sinéad O'Connor y Andy Fletcher de Depeche Mode

El diario británico The Sun ha tenido acceso a los registros testamentarios de la artista irlandesa, que revelan que su patrimonio era de 1,7 millones brutos de libras esterlinas, reducido a 1,4 millones tras saldar deudas y pagar los costes funerarios y honorarios legales.

La intérprete de 'Nothing compares 2 U', que falleció en julio de 2023, un año después de cancelar todos sus conciertos para cuidar de su propia salud tras el suicidio de su hijo Shane con apenas 17 años, deja esa cantidad a sus otros tres hijos: Jake Reynolds, de 37 años, fruto de su relación con su primer marido, John Reynolds; su hija, Roisin Waters, de 29 años, con el periodista John Waters; y Yeshua Bonadio, de 18 años, con Frank Bonadio.

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El documento, firmado en 2013, incluye una petición expresa de cumplimiento de última voluntad: «Ordeno que después de mi muerte, y a discreción de cualquiera de mis hijos que sean mayores de 18 años, mis álbumes se publiquen de manera que puedan sacarle el máximo provecho». Además, pedía ser incinerada vestida con ropas de sacerdote, con una Biblia hebrea y junto a su álbum 'Theology', y señalaba que sus hijos podrían disponer de sus cenizas «como mejor les parezca».

O'Connor también dejó por escrito que tenía la intención de heredarle a su hijo Shane todo su armario de vestidos religiosos, pero lamentablemente nunca recibió el regalo, ya que murió en 2022. Mientras tanto, al pequeño Yeshua le deja su colección de guitarras.

El fallecimiento de la icónica cantante irlandesa, certificado bajo el nombre de Shuhada' Davitt (nombre que adoptó tras su conversión al Islam), estuvo causado por una enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y asma bronquial, a lo que hay que añadir que O'Connor también sufría una infección del tracto respiratorio, la cual contribuyó irremediablemente a su muerte.

Esta semana también se han conocido los detalles del testamento del teclista de Depeche Mode, Andy Fletcher, quien dejó en herencia la asombrosa cifra de 46 millones de libras. Fletcher, que falleció repentinamente a los 60 años en mayo de 2022, era el cerebro empresarial de la banda que cofundó en 1980 con Vince Clarke, Andrew Fletcher y David Gahan, y que alcanzó un enorme éxito comercial.

El grupo, que actualmente sigue en activo, ha tenido 54 canciones en la lista de singles del Reino Unido y 17 álbumes entre los diez primeros. Entre sus éxitos destaca 'Just Can't Get Enoug'h, que alcanzó el nº 8 en las listas británicas en 1981.

Fletcher, nacido en Nottingham, creció en Basildon, Essex, donde su padre trabajaba en una fábrica de cigarrillos. Dejó su trabajo como empleado de seguros sólo cuando el segundo sencillo de la banda, 'New Life', alcanzó el nº 11 y aparecieron en Top Of The Pops. Fletcher se ocupó de gran parte de los negocios, los asuntos legales y los intereses no musicales de la banda, incluyendo el control de las finanzas, mientras el nombre de Depeche Mode se convertía en uno de los más famosos del mundo de la música.

Los registros testamentarios revelan que dejó la mayor parte de su patrimonio neto de 46.801.903 libras a su esposa de 29 años, Grainne, y a sus hijos Megan y Joe. Fletcher murió de una disección aórtica en su casa de St John's Wood, al noroeste de Londres, y la repentina y trágica noticia dejó noqueados a sus compañeros de Depeche Mode, que declararon tras su muerte: «Estamos conmocionados y sumidos en una abrumadora tristeza por el prematuro fallecimiento de nuestro querido amigo, familiar y compañero de banda Andy «Fletch» Fletcher. Fletch tenía un corazón de oro y siempre estaba ahí cuando necesitabas apoyo, una conversación animada, una buena carcajada o una pinta fría».

Sinéad O'Connor vendió once millones de discos en todo el mundo. Depeche Mode han vendido muchos más discos, cien millones, y han tenido más ingresos de sus conciertos que la irlandesa. Pero Fletcher sólo habría obtenido su parte correspondiente como cada miembro del grupo, así que parece algo exagerado que tuviese un patrimonio casi cincuenta veces mayor. De lo cual se deduce que el teclista debió ser mucho más cuidadoso a la hora de gestionarlo.