La estremecedora carta de Cassie Ventura al juez ante la inminente sentencia de Diddy: «Si sale libre irá a por mí»
Los fiscales piden al menos once años de cárcel para el músico, que conocerá su destino judicial este viernes
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Iniciar sesiónEl pasado mes de julio, el productor y rapero estadounidense Sean 'Diddy' Combs fue declarado culpable de dos cargos por transportar personas para ejercer la prostitución, pero inocente de las acusaciones de tráfico sexual y conspiración para extorsionar, los dos delitos más graves a ... los que se enfrentaba. Este viernes por fin se conocerá la sentencia, que se decía podría ascender a unos diez años de prisión.
Los abogados defensores han solicitado que la sentencia no supere los 14 meses de prisión, pero los fiscales han respondido este martes pidiendo al juez federal de Nueva York que lleva el caso a sentenciar a Diddy a más de 11 años de prisión por su condena por cargos relacionados con la prostitución, citando además el miedo insuperable de una de sus víctimas, Cassie Ventura, ante la posible liberación del magnate musical.
De hecho, el último escrito de acusación entregado al juez va acompañado de una carta de tres páginas escrita por Ventura, en el que manifiesta su situación emocional a tres días de la sentencia. «Durante cuatro días de mayo, embarazada de nueve meses de mi hijo, testifiqué ante un tribunal abarrotado sobre el capítulo más traumático y horrible de mi vida. Declaré que, desde los diecinueve años, Sean Combs utilizó la violencia, las amenazas, las sustancias y el control sobre mi carrera para atraparme en más de una década de abusos», comienza la misiva.
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«Me preparó para realizar repetidos actos sexuales con trabajadores del sexo contratados durante «freak-offs» de varios días, que ocurrían casi semanalmente», continúa el texto. «Me obligaba a llevar lencería y tacones, me decía exactamente cómo tenía que ser y me suministraba drogas y alcohol para controlarme como a una marioneta. Estos actos eran degradantes y repugnantes, y me dejaban infecciones, enfermedades y días de agotamiento físico y emocional antes de que él volviera a exigirlo todo. Los actos sexuales se convirtieron en mi trabajo a tiempo completo, utilizados como única forma de mantenerme en su gracia».
Ventura asegura que negarse «significaba un castigo: perder mi coche, mi teléfono o algo peor», y da otros detalles escabrosos del dominio que Diddy ejercía sobre ella. «Controlaba todos mis medios de vida y amenazaba con destruir mi reputación filtrando vídeos sexuales, una amenaza que repetía a menudo. Cuando creía que le había hecho daño o que no respondía lo suficiente, también amenazaba a la gente que me rodeaba y a mis allegados, incluida mi familia. Con frecuencia me preocupaba que desagradarle significara poner en peligro la seguridad de mi familia y mis amigos».
La cantante asegura que «durante los casi once años que estuvimos juntos, Sean Combs me pegaba, me daba puñetazos, me pisoteaba la cara, me tiraba del pelo y tiraba mi cuerpo al suelo y contra la pared», y le recuerda al juez que «el jurado vio imágenes de moratones en mi espalda causados por las patadas de Combs y vio el profundo corte que me causó en el ojo cuando me golpeó contra el marco de una cama», apuntando además que «todo el tribunal vio imágenes reales de Combs pateándome y golpeándome mientras intentaba huir de un freak-off en 2016», en referencia a un vídeo que se ha podido ver en los medios de comunicación, donde Diddy le da una paliza en un hotel. «La gente vio esta grabación docenas de veces, viendo mi cuerpo tirado en el suelo, mis manos sobre mi cabeza, acurrucada en posición fetal para protegerme de los peores golpes», escribe su víctima.
Todos estos sucesos traumáticos han hecho que Ventura todavía sufra «pesadillas y flashbacks», tal como explica en su carta, y que todavía siga «necesitando atención psicológica para hacer frente» a su pasado, ya que llegó a caer en adicciones y a tener pensamientos suicidas que sólo pudo superar con ayuda terapéutica y de su familia.
Ventura confiesa que le preocupa que Combs o sus socios la persigan a ella y a su familia a pesar de haberse trasladado fuera de la zona de Nueva York, y lanza este mensaje al juez: «Me mantengo tan callada como puedo porque tengo mucho miedo de que, si sale libre, sus primeras acciones sean rápidas represalias contra mí y otras personas que hablaron de sus abusos en el juicio».
«Por mucho que haya avanzado en mi recuperación de sus abusos, sigo teniendo mucho miedo de lo que es capaz de hacer y de la malicia que sin duda alberga hacia mí por haber tenido la valentía de contar la verdad», añade Ventura. «No está siendo sincero. Sé que lo que era para mí: el manipulador, el agresor, el maltratador, el traficante. Es lo que es como ser humano. No le interesa cambiar ni mejorar. Siempre será el mismo hombre cruel, manipulador y sediento de poder que es».
Por todo ello, y pese a que «el jurado no pareció entender ni creer que yo me dedicara a hacer locuras por la fuerza y la coacción que el acusado empleó contra mí», Ventura concluye: «Sé que esa es la verdad, y su sentencia debería reflejar la realidad de las pruebas y mi experiencia vivida como víctima».
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