El verano feliz de Enrique Ponce en su nueva vida lejos de los ruedos
El que fuera uno de los grandes toreros de su generación cumple un lustro con Ana Soria, veinte años más joven, y triunfa en su nueva etapa en los negocios
Vandalizan la escultura de Enrique Ponce en su pueblo con pintura roja
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Iniciar sesiónEstá siendo un verano feliz para Enrique Ponce, a pesar del disgusto vivido tras ser vandalizada su estatua en Chiva (Valencia), ciudad de la que es oriundo el que fuera uno de los grandes toreros de comienzos de siglo. El monumento, inaugurado el ' ... Año Ponce', dos décadas después de su alternativa en 1990, sufría daños de distinta consideración a principios de mes, quedando afectado por varias pintadas. El Ayuntamiento de Chiva ha mostrado su rechazo a lo que considera «un atentado contra el patrimonio público local», calificando el acto como «totalmente incomprensible, injustificable y despreciable». El torero se retiró oficialmente de las plazas españolas, para sorpresa de los aficionados, el 9 de octubre del año pasado, en Valencia, tras cortar tres orejas en su última corrida. Entre el público, la infanta Elena y otras figuras del toreo como Miguel Báez 'El Litri' o Vicente Ruiz 'El Soro', pero también sus padres, Emilio Ponce y Enriqueta Martínez, así como su actual pareja, Ana Soria, con quien está comprometido desde el año 2022.
Enrique Ponce y Ana Soria pasan sus vacaciones principalmente en Almería, donde aprovechan para hacer escapadas a las tranquilas calas de la zona. El torero saca tiempo para estar con sus hijas, Paloma (17 años) y Bianca (13), cuya relación con su novia es cada día más cercana. Mientras todos los rumores apuntan a una inminente boda, el enlace lleva camino de convertirse en uno de los secretos mejor guardados del salseo nacional. Aunque llevan una etapa de perfil bajo y sin compartir fotos juntos, una reciente y romántica publicación ha venido a acallar cualquier duda sobre su relación: en una piscina, abrazándose, presumiendo ante el mundo de su amor.
Mientras tanto, Ponce vive una nueva etapa profesional en la que apuesta por mantener cierta relación con su pasado y por explotar una de las joyas inmobiliarias que atesora, la finca La Cetrina, en Jaén, que se ha convertido en su mejor negocio. Por un lado, en Madrid realiza tentaderos y se dedica a la formación, centrándose principalmente en los hijos de amigos y conocidos. Lo hace por su pasión por los toros, de manera desinteresada, y no duda en sumarse a los homenajes como el que organiza Morante de la Puebla al mítico 'Antoñete', que se celebrará en Las Ventas el próximo mes de octubre.
Además, el diestro posee tres empresas (una de ellas, junto a su pareja) con un capital social de 1,8 millones de euros y un total activo de casi cuatro millones, con varias naves y locales comerciales en Úbeda, Torremolinos y Fuengirola, entre otros puntos de la geografía andaluza. Pero su situación económica ha encontrado un bálsamo en la finca que alquila para eventos y celebraciones: La Cetrina, situada en Navas de San Juan (Jaén), es mucho más que una propiedad rural. Con un cortijo señorial rodeado de encinas y olivares, una plaza de tientas, piscina y vistas privilegiadas, tiene un marcado sello andaluz. Cuenta con un terreno de 904 hectáreas y una casa de 420 metros en cada una de sus tres plantas: la baja está dedicada a zonas comunes (a un lado, despacho, sala de lectura, salón con chimenea y zona de billar; al otro, comedor para doce personas, cocina y 'office'), en la primera se hallan los cinco dormitorios, cuatro cuartos de baño y vestidor, además de contar con un sótano en el que se encuentra la bodega, un lugar muy especial en el que se conserva una valiosa colección de vinos. Los arquitectos Francisco Díaz y Salvador Sanjuan se encargaron de firmar el proyecto, siendo la vivienda habitual del matrimonio Enrique Ponce y Paloma Cuevas desde 1997.
Entre los detalles de su arquitectura conviene señalar el guiño a la Maestranza de Sevilla, gracias al diseño de la puerta principal del cortijo, adaptación de la mítica de la plaza, a la que se ha sumado el escudo de piedra de la ganadería de Ponce. Aunque durante ese tiempo la finca era, también, una explotación ganadera y agrícola que destacaba por la comercialización de aceite de oliva de gran calidad, ha encontrado una segunda vida como lujoso decorado para enlaces de alto perfil e incluso grabaciones publicitarias, con paquetes que pueden superar los 30.000 euros por fin de semana. La finca se promociona como un lugar donde tradición, lujo y naturaleza se dan la mano, y no son pocos los novios que quieren casarse en el mismo lugar que ha sido testigo de tertulias taurinas y fiestas de 'celebrities'. El negocio de las celebraciones va viento en popa, como saben otros famosos como Tamara Falcó con El Rincón o Juan Antonio Ruiz 'Espartaco' con La Dehesa Majavieja.
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