Elena Furiase rompe su silencio sobre el documental de Alba Flores: «Ha abierto una herida… pero la ha sanado»

Lejos de ser un proyecto artístico convencional, la producción se ha convertido en un viaje íntimo para todos los que participaron en ella. Un recorrido por sus recuerdos que ha removido sentimientos que algunos llevaban años sin verbalizar. Entre quienes se han atrevido a mirar hacia atrás se encuentra Elena Furiase, prima de Alba e hija de Guillermo Furiase y Lolita Flores.

La actriz ha hablado abiertamente de lo que ha supuesto para ella el rodaje durante una entrevista en el programa 'Culturas 2', de La 2, donde no solo recordó cómo vivió la pérdida de su tío cuando era apenas una niña, sino también el estrechísimo vínculo que mantiene con su prima.

«Tenemos un grupo en WhatsApp que se llama 'hermanos primos', en lugar de primos hermanos, porque nos hemos criado como hermanos. Alba y yo somos hermanas, prácticamente. De pequeñas vivimos muchas cosas y no éramos tan conscientes. Yo no era tan consciente de la muerte de mi tío Antonio… No lo sufrí tanto como 'se ha ido mi tío', porque tenía seis años, sino más como 'mi prima no tiene papá', y esa era mi pequeña angustia», confesó.

Con el paso de los años, y ya convertida en adulta, Elena fue comprendiendo la verdadera dimensión de aquella pérdida que, en su momento, no logró asimilar del todo. «Fue muy repentino. Al gran artista que era y lo buena persona que era lo he ido conociendo con los años», explicó. Ese descubrimiento tardío del legado emocional y artístico de Antonio Flores ha sido una de las razones por las que la actriz considera fundamental la existencia de este documental.

Según describe, colaborar en la obra de Alba ha funcionado como una especie de terapia colectiva. Un espacio donde cada miembro de la familia ha podido enfrentarse a sus propios recuerdos: «Para mí y para todos ha sido como una constelación familiar», admitió. Y añadió que su prima les ha ofrecido «un viaje que ha abierto una herida pero que a la vez la ha sanado. Sobre todo para ella, pero de rebote nos toca a todos. Especialmente a mi madre y a mi tía, que junto con Alba, mi tía Ana y mi abuelo, fueron las que más sufrieron la pérdida de mi tío Antonio».

Las palabras de Elena evidencian no solo el dolor de una familia marcada por una ausencia demasiado temprana, sino la fuerza de un clan que afronta el pasado desde la honestidad, el cariño y la unión que siempre los ha caracterizado. Y, si algo deja claro, es que Flores para Antonio no es solo un documental: es el ejercicio emocional que necesitaban. Una puerta abierta a cicatrizar, por fin, aquello que durante años se guardaron en silencio.