Eduardo Navarrete: «Me quedé en los huesos porque quería ser Norma Duval»

«Soy insultantemente joven, ahí tenía 29, ahora tengo 30. No estoy como para hacer unas memorias. No creo que sea el momento, ni una autobiografía ni nada. No quiero hablar de moda porque no considero que sea la persona indicada para hablar de moda. Y aparte, sobre la moda está todo dicho. Tampoco quería hablar de patronaje porque no soy patronista. Entonces hemos seleccionado ocho vestidos a lo largo de estos seis años que han sido los más sonados».

Además, el artista habla un poco sobre su vida personal, «para que entiendas la situación que estaba viviendo en ese momento», reconoce el diseñador. Añade que una de las partes más interesantes del libro es que detalla paso a paso cómo la gente en casa puede confeccionar esos vestidos. «Creo que este libro será muy útil para muchas personas, ya que contiene numerosos consejos basados en mis experiencias. Como dijo Antonia San Juan: 'Querida amiga, los consejos no se cobran, ¡no se utilizan!'. Por eso, te cobro 20 € por el libro pero, ¡úsalo!», responde entre risas.

El diseñador revela que en su adolescencia sufrió de anorexia y bulimia, ya que «a los 16 años pesaba 100 kilos. Lo recordaba porque ese era mi peso el día de mi cumpleaños, el 16 de enero. Y decidí: 'Hasta aquí'. Mis padres tenían y aún tienen un bar. Soy hijo de bar, como dice Candela Peña. Eso significaba que la vitrocerámica de mi casa estaba nueva, no tenía el film puesto por vergüenza. Vivíamos en un bar, lo que implicaba una alimentación poco saludable. Hasta que un día decidí ponerle fin. Y poco a poco fui entrando en un proceso de mal comer y poco saludable que me llevó a hacer unas prácticas poco aconsejables, nada aconsejables, de las cuales entré y salí sin darme cuenta», confiesa.

«Yo quería ser Norma Duval, una mujer divina, una vedette. A los 17 años, comencé a trabajar en bingos eróticos con una empresa que se llamaba 'Pecado Virtual' en toda la zona de Murcia. Empecé a hacer shows por cafeterías con esta señora. Mientras que ella vendía los cartones, yo hacía monólogos. Luego en lugar de dinero dábamos vibradores».

Una cosa llevó a la otra y Navarrete sentía que, aunque le encantaba hablar frente a un público, hacer reír, bailar y cantar, el camino tradicional, como el de apuntarse a un conservatorio y estudiar danza, no lo llevaría a donde él quería. Las actuaciones en cafeterías lo llevaron a donde quería estar: actuando en las fiestas más importantes a nivel nacional, recorriendo parte de Europa y realizando espectáculos en discotecas. «Así que, sí, logré cumplir mi sueño de ser vedette a mi manera».

El diseñador estudiaba y trabajaba al mismo tiempor. «Confeccionaba mi propia ropa para mis espectáculos. Mientras asistía a la universidad, trabajaba como portero en un after. Trabajaba en algo que me apasionaba mucho, pero también que desgasta. Terminé de estudiar y justo apareció 'Maestros de la Costura', y pensé: 'Esta es mi oportunidad'».

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