Serafín Zubiri: «Cuando toqué a Pipper por primera vez supe que íbamos a ser superamigos»

Pipper es un labrador de seis años y el amigo inseparable de Serafín Zubiri, ¿cuándo se hicieron amigos?

Le conocí hace cuatro años en la estación de tren de Pamplona. Llegó con su adiestrador. Enseguida noté que estaba muy bien educado.

¿Por qué es especial Pipper?

Porque es un perro guía.

¿Hay que pasar muchos exámenes para tener un perro guía?

Son trámites parecidos a los de una adopción y los realiza la ONCE, Informes psicológicos, médicos y de movilidad, que determinan que podemos manejarnos con un perro. Porque somos nosotros los que tenemos que tener claro lo que hay que hacer, el croquis está en nuestra cabeza. Ellos evitan que nos choquemos reconocen itinerarios y a veces toman iniciativas...

¿Cómo se produce el emparejamiento?

Ellos ya están educados. Además yo había tenido anteriormente a Pipper dos perros guías y me resulto fácil. El emparejamiento es sencillo y se genera una empata de inmediato. En el caso de Pipper, bajé del tren y le toqué sabía que íbamos a ser súper amigos.

¿Cómo se comporta en casa?

Es muy tranquilo, está a su bola, hace lo que quiere y tiene un sitio cerca de mi donde duerme. Pero lo que más le gusta son los mimos. Hay que evitar que fuera de casa se despisten porque puede ser peligroso para nosotros.

¿Habla mucho con él?

Muchísimo, pero no le cuento mis secretos. Risas. Cuando trabajo y toco el piano se tumba a mi lado y creo que le gusta mi música porque no aúlla ni se marcha.

Serafín, Su último proyecto junto a Mikel Herzog 'Siempre Ríos'. ¿Como surgió?

Lo estrenamos en abril y estamos muy ilusionados. Los dos le admiramos desde que teníamos uso de razón musical. Y es un reconocimiento y agradecimiento tanto de Mikel como mío a Miguel Ríos por el legado que nos ha dejado.

¿Cómo seleccionaron las canciones?

Lo primero que hicimos es pedirle permiso y enseñarle el proyecto. Nos dijo que le gustaba nuestras voces . Que se sentía muy bien representado por nosotros y que el repertorio reflejaba su trayectoria.

¿Se ha entendido bien con Mikel Herzog?

Sí. Nos conocimos en 1985, lo recuerdo perfectamente, Somos como hermanos y hemos hecho proyectos juntos. En 2017 estrenamos otro proyecto dedicado a la música de los 70', llamado 'El baúl de los 70'.

Ahora que ha resurgido Eurovisión, ¿qué recuerda de aquella experiencia?

Yo se lo debo todo a Eurovisión porque la primera vez que fui me dio a conocer ante el gran público. Y gracias a la segunda vez sigo en la música porque estaba apunto de dejarlo a nivel profesional. Desde entonteces no he parado de trabajar. Me he diversificado, he hecho teatro, programas de televisión... Y hace años me tuve que reinventar y cree mi propia productora artística para representar espectáculos musicales. Y ha sido una gran acierto porque me va muy bien. Desde el año 2013 estoy con varios proyectos: 'Recordando a Nino Bravo' un espectáculo que funciona muy bien. Antes de la pandemia estrené con Anabel Conde (Un monográfico sobre Eurovisión). Es mi empresa y la llevo con mi hermano que es el que se dedica a la parte burocrática y yo a la artística y a la comercial.

¿Se deja ver en las redes sociales?

Claro. Es un escaparate interesante, aunque tampoco es fundamental. Yo mi trabajo no lo genero a través de las redes sociales. A mi me permiten difundirlo y dar a conocer donde estoy...

¿A las nuevas generaciones les resulta más fácil o más difícil triunfar con la música?

Cada época tiene sus pros y sus contra. Pero creo que la música no ha evolucionado desde el punto de vista creativo. Se hace música de usar y tirar y yo no estoy en esa onda ni me identifico con las nuevas tendencias musicales. Yo no conozco ninguna canción contemporánea que vaya a pasar a la historia. Pero estamos cantando canciones de hace 60 años, que seguirán estando.

¿Cuál es su etapa musical preferida?

Los 70' era una época de cantantes muy buena.