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Mick Jagger GTRES
Ángel Antonio Herrera

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Lunes

Cannes da un escaparate de hermosas, y luego un menú de películas. Ahí vemos que las chicas de las películas existen. Y ahí hemos visto a Sharon Stone , que va envejeciendo a bordo de la elegancia. La elegancia se acuña con los años, ... mientras la belleza palidece. Sharon Stone fue solo Sharon, cuando aquello de ‘Instinto básico’, y luego vive aupada como la Stone, una finísima famosa de más de sesenta tacos que sostiene y prorroga el modelo del glamur femenino de la escuela de siempre, entre Grace Kelly y Audrey Hepburn, pero con más corsé a la vista, aunque tampoco mucho. Me enteré un poco tarde de que Sharon Stone se puso un día a buscar el amor en internet. Montó un perfil en un aplicación de citas, y varios usuarios la bloquearon, porque sospecharon que esa cuenta era una cuenta falsa. Creyeron que Sharon Stone no era Sharon Stone. Y la echaron finalmente del sitio. Le pasaría a cualquiera. Sharon ha reconocido luego que era Sharon Stone, y yo he llegado tarde a este jaleo, joder, porque me hubiera apuntado, a ver si le gusto. Porque a mí Sharon Stone me embelesa, y me he pasado muchas horas hablando de ella con el inolvidable Luis Eduardo Aute, que era un místico de las rubias. Sharon Stone le gustaba más que a mí, incluso. Fue un morbo, Sharon Stone, y es hoy una elegante. Y no es fácil reinar de elegante después de pasar a la historia del cine por ahorrar en lencería.

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