Los 40 años de Meghan Markle, la estrella que intentó sacudir los cimientos de Buckingham
La ‘royal’ retirada continúa generando titulares desde California. Mientras Isabel II esté entre nosotros, habrá estabilidad en la corte de los Windsor
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Iniciar sesiónSiempre fue más princesa de Hollywood que duquesa de Sussex. Hoy, Meghan Markle cumple 40 años, muy lejos de Buckingham y aún reponiéndose de la pesadilla que supuso su poco más de año y medio como miembro de la Familia Real. Se depositaron demasiadas ... expectativas en ella. Un «soplo de aire fresco», el elemento de «cambio y modernidad» que necesita la monarquía, la ‘royal’ que conectará con el «público multirracial», escribía la prensa de medio mundo, aplaudiendo que el Príncipe Harry hubiera elegido a una norteamericana mestiza, divorciada, con voz propia y un pasado como actriz, que le reportó grandes contactos dentro de la industria de Hollywood. Se confundieron y es que siendo realistas, era muy complicado que la actriz de ‘Suits’ encajase en los corsés de la conservadora monarquía británica.
Independientemente de las trifulcas y riñas que pudieran desencadenarse dentro de los muros de Buckingham , Meghan fue acogida con los brazos abiertos en la calle. Recuerdo viajar a Londres en mayo de 2018 para la cobertura de su boda en el castillo de Windsor. Imposible encontrar un alojamiento en la pequeña ciudad del condado de Berkshire, los ‘royal’ fans acamparon durante días, ‘souvenirs’ y banderas inundando cada esquina, trenes desde Londres abarrotados... Tampoco faltaron los pícnics multitudinarios ni las fiestas vecinales. El pueblo se volcó con su boda, sintiéndola como si se tratara de la de un familiar cercano. Aquel enlace de ensueño, muy pronto derivó en un auténtico quebradero de cabeza para la Familia Real. Pero mientras la Reina Isabel II esté entre nosotros, ‘The Firm’ poco tiene que temer a los desaires de los Sussex.
El cuento de hadas fue un abrir y cerrar de ojos en el que la impronta de Meghan quedó muy clara en la toma de decisiones de la pareja. Por citar un ejemplo, la manera en la que decidieron presentar a su primer hijo. A diferencia de Catalina de Cambridge o Lady Di, que posaron con sus retoños a la salida del hospital, los duques de Sussex esperaron un par de días para mostrar al pequeño Archie al mundo.
Presión de los medios
Las desavenencias entre Guillermo y Harry, y entre cuñadas también comenzaron a pasar factura. Harry y Meghan se sentían cada día más fuera de sitio participando de la vida en palacio y cumpliendo con su agenda pública.
Nunca encontraron un punto de equilibro en su relación con la tan complicada prensa británica. El fantasma de Lady Di siempre planeará y el plantel de familiares de Meghan, su padre y sus hermanastros, filtrando a los medios imágenes, cartas y material comprometido, no hizo más que alimentar la presión sobre el matrimonio. A finales de 2019, los duques de Sussex ya dejan entrever cierto hartazgo durante un documental de ITV grabada en su gira por África. «Nunca pensé que esto sería fácil, pero creía que sería justo», comenta Meghan sobre su inclusión en la Familia Real.
Por primera vez, desobedecía ese sabio principio que rige entre los Windsor; «Nunca te quejes, nunca des explicaciones». Después vendrían muchas más. El anuncio de su salida de la Familia Real y el abandono de sus obligaciones como miembros senior no hizo más que redoblar la atención mediática sobre ellos. Su huida, primero a Canadá y luego a California, fue retransmitida casi minuto a minuto. Para que no decayese la atención, se sentaron ante la confesora Oprah Winfrey para arremeter contra los Windsor y tacharlos de racistas. Han firmado suculentos contratos con Netflix e incluso al Príncipe Harry, de 35 años, le ha dado tiempo a pergeñar sus memorias, que publicará Penguin Random House el próximo año, coincidiendo con el Jubileo de Platino de la Reina.
Resulta evidente que quieren seguir en el primer plano, pero controlando ellos los tiempos y las formas. Publicitando lo que les interesa y sin tener que estar pendientes de si los paparazis les aguardan a la salida de un restaurante o de si la prensa escruta sus gestos ante un encuentro con los duques de Cambridge.
Esa vida sosegada la han conquistado en su espectacular mansión, ubicada en Montecito, en el condado de Santa Barbara (California). Entre sus vecinos, como Gwyneth Paltrow , la presentadora Ellen DeGeneres u Oprah Winfrey, se sienten en su salsa, como unos famosos más pero sin las ataduras de pertenecer a la realeza.
Sin fiesta
Una ansiada libertad que no les libra de que se sigan publicando informaciones poco contrastadas sobre ellos. Durante los últimos días se ha publicado que Meghan preparaba un gran fiesta por su 40 cumpleaños con 65 invitados y que había contratado al mejor planificador de eventos Colin Cowie. Desde ‘Page Six’, ya lo han desmentido y el ‘Daily Mail’ apunta a que Meghan y Harry podrían hacer una escapada íntima para celebrarlo. Tampoco está previsto que acudan a la gran fiesta de 60 cumpleaños que Barack Obama organizará este fin de semana en la isla Martha’s Vineyard.
Lo que sí parece probable es que difundan una nueva foto de familia, en la que por primera vez podríamos ver el rostro de su hija, la pequeña Lilibet , que nació en junio.
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