Cómo elegir la almohada perfecta

Desde Tediber , además de los gustos y de la morfología, hablan de la posición en la que dormimos, otro punto importante a tener en cuenta. Si dormimos de costado , lo ideal es una almohada de plumas o plumón, ya que la altura se puede ajustar. Si, en cambio, dormimos boca arriba , se recomienda una flexible, en función de las preferencias del usuario. Si dormimos boca abajo , la almohada deberá ser muy fina para no forzar el cuello.

Aun así, y para poder elegir la almohada perfecta para cada tipo de persona, hay otros puntos a tener en cuenta como problemas de alergia o preferencias a la hora de escoger entre blanda o dura.

El relleno de la almohada es lo que determinará su confort, sus beneficios y también su vida útil . La elección de un relleno u otro dependerá de las necesidades de cada uno.

Existen dos tipos de rellenos: los rellenos naturales (plumas, plumón, cereales) y los sintéticos (poliéster, espuma, gel, etc.). Cada uno tiene características propias.

— El relleno natural. Para la autenticidad y el acolchado, es la referencia en el inconsciente colectivo, ya que se utiliza desde hace siglos. Su particularidad es que rechaza naturalmente la humedad . El relleno natural utiliza materias primas cualitativas, con una muy buena vida útil (5 a 10 años).

Las plumas (generalmente de ocas) son ligeras y aportan firmeza a la almohada. El plumón (de oca también) es un excelente aislador térmico, mantiene el calor en invierno y deja pasar el aire en verano, aporta resiliencia y elasticidad a la almohada, así como un acolchado incomparable.

— Los rellenos sintéticos. Existen gran cantidad de productos muy diferentes. La espuma viscoelástica , cuya ventaja es que se adapta a la cabeza y el cuello. Permite la relajación de los músculos del cuello y un buen soporte, pero genera mucho calor y no se puede lavar en la lavadora.

El látex , naturalmente antibacteriano, tiene buen soporte del cuello, buena traspiración, bien fresco en verano.

El poliéster , puede ser peligroso para las personas alérgicas.

Depende del grado de confort que se busque. Una almohada blanda soporta la cabeza y la parte superior de los hombros, es bastante plana e ideal para los que duermen boca abajo.

Una almohada «acolchada» soporta la cabeza, el cuello y la parte superior de los hombros, proporciona un confort muy maleable y acogedor, ideal para los que duermen de costado o boca arriba porque envuelve delicadamente la cabeza. Por su parte, la almohada firme resiste a la presión del peso de la cabeza y aporta un buen soporte al cuello.

Pero, además de ser una cuestión de gustos, también influye la morfología. Para los más robustos , es mejor una almohada firme para tener el soporte necesario para el cuello. Los más pequeños preferirán las almohadas blandas y «acolchadas» ya que son más adecuadas al peso de su cabeza.

Algunos rellenos como la viscoelástica y el látex son atiácaros por composición , y los rellenos naturales como las plumas, el plumón y los cereales suelen ser tratados con aceite vegetal de neem.

Los ácaros suelen crecer en las fundas. Por lo tanto, en caso de alergias, hay que asegurarse de que toda la almohada sea antiácaros . Las fundas de algodón percal o de seda son perfectas para luchar contra el crecimiento de los ácaros, ya que dejan pasar el aire y limitan la transpiración .