Juanma Díaz, el profesor al que sus alumnos le dicen «¡seguimos!» para que luche contra su cáncer

Este profesor vocacional tuvo que jubilarse de forma forzosa a los 52 años cuando le diagnosticaron un mieloma múltiple

«El médico me dijo: te ha tocado la lotería, pero para mal»

Juanma Díaz ante una placa del instituto en el que daba clase y en el que han puesto su nombre a un aula

Juanma Díaz se considera un profesor vocacional, de esos que dan todo en el aula y que disfrutan transmitiendo motivación que luego le es devuelta en forma de cariño por parte de los alumnos. Ha dado clases de tecnología y matemáticas en el Instituto Chaves Nogales de Sevilla ... a estudiantes de la Eso y de Bachillerato. «Además, me ha gustado involucrarme en cualquier actividad y he sido secretario del equipo directivo, lo que me ha aportado mucho trabajo, pero mucha felicidad».

Reconoce que siempre estaba muy liado con las labores del centro escolar y que llegaba tarde a casa. «Un día, mientras subía unas escaleras y mi cabeza estaba organizando mis siguientes clases, me tropecé con un escalón y al agarrarme a la barandilla sentí un dolor horrible en el hombro«. Fue el comienzo de una nueva etapa en su vida.

El médico de urgencias le hizo una radiografía pensando en alguna rotura de hueso o ligamento, pero el dictamen fue muy distinto: «he visto una mancha muy oscura que no me gusta. Lo mejor es que pidas cita con el traumatólogo especializado en tumores óseos«.

Y así hizo Juanma. Fue el comienzo de una serie sin fin de citas y pruebas porque parecía que podía tener un tipo de leucemia que ataca a los huesos. No iban mal encaminados los indicios. «En noviembre de 2017 me confirmaron que tenía un mieloma múltiple, que es un tipo de cáncer de la sangre -asegura Juanma-. La noticia, como no podía ser de otra manera, me cayó como un jarro de agua fría. La vida se paraliza. Me tuve que dar de baja porque llevaba el brazo en cabestrillo y empecé con tratamientos de choque de quimioterapia, con fármacos, con medicación oral y con sesiones conectado a una máquina que pronto me empezaron a dejar huella deteriorando mi cuerpo por los efectos secundarios«.

Una de las características de este profesor es su optimismo y capacidad de lucha, por lo que estaba deseando que este episodio pasase pronto para incorporarse de nuevo a sus clases y estar con los alumnos que no dejaban de mandarle muestras de cariño. Pero no pudo ser.

Tras un año de tratamiento, en 2018, «recibí la segunda peor noticia de mi vida. Me obligaron a jubilarme porque estaba muy débil, con las defensas muy bajas, inmunodeprimido, y era inviable estar encerrado en un aula con tantos estudiantes. Yo adoraba profesión. Lo llevé fatal. Tenía 52 años. Afortunadamente no he perdido el contacto con mis alumnos durante todo este tiempo, ya que nos escribimos por mail y por redes sociales, y eso que ya están en la universidad«.

Precisamente, todas las preguntas y muestras que hacían a su querido profesor fue lo que animó a Juanma a crear una cuenta en instagram y empezar a contar todo su proceso, «mi día a día, con lo bueno y con lo malo, con las pruebas, los progresos, los ingresos... Era también mi válvula de escape. Mis alumnos me han dado fuerza siempre. Al tiempo, me decían que por qué no escribía un libro con mi historia para aquellas personas que no tuvieran acceso a internet. Me convencieron y publiqué mi primer libro gracias a una campaña de crowdfunding: «#SomosImparables #SeguimosJuanma». Lo llamé así porque cuando yo daba clase a mis alumnos y cambiábamos de tema, ejercicio, etc., les decía '¡seguimos1'. Ahora son ellos los que me lo dicen para animarme en mi día a día. Y lo consiguen».

El objetivo inicial del primer libro fue de 4.500 €, que consiguió alcanzar en sólo 30 horas. Visto el éxito obtenido, ampliaron dicho objetivo a 7.000 € para mejorar el libro (más páginas, más imágenes, papel de mejor calidad…) y al final de la campaña lograron recaudar más de 8.000 €, «por lo que, según contrato, me correspondía el 50% menos gastos de lo que superara el objetivo de 7.000 €. Por supuesto, cantidad que doné. Este fue el resultado al finalizar la campaña de mi primer libro.

Pero después de este primer libro, llegó el segundo («Y seguimos siendo imparables»), y el tercero («Cada vez más cerca del #yomecuro») y el cuarto libro solidario que está a puntito de ver la luz.

En estas páginas deja claro todo lo que supone su proceso de la enfermedad pero, sobretodo, es un homenaje a las personas que le apoyan. «En primer lugar a mi mujer, 'mi Merchi'. Desde el minuto uno se ha entregado a cuidarme en esta nueva situación. Yo he estado postrado durante días en una cama, y ella era quien me aseaba, quien me cambiaba de ropa, de postura... Ha sido mis pies y mis manos cuando lo he necesitado. El papel de mi mujer es impagable. Sigo con mi hucha para hacerle el monumento más grande. Y a mis hijas, hermanas y amigos que se han convertido como parte de la familia. Ha sido un trabajo de equipo entre unos y otros y es lo que te hace tirar hacia delante en los peores momentos. Lo importante es tener gente que te empuja».

Apunta que cuando te dan la noticia de que tienes cáncer «es una bomba personal y para el entorno. No me lo esperaba porque piensas que nunca te va a tocar, aunque cada vez veas más casos cercanos. Es un golpe muy duro. Yo miré a mi mujer y le dije vamos a luchar con esto. Entendí que si yo me amargaba, amargaba a todos. Hay días muy malos. Estar contento no me va a curar, pero me hace llevar mejor la enfermedad».

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