¿Por qué las adolescentes son más susceptibles a sufrir violencia digital?
La falta de conciencia y educación sobre seguridad en línea contribuye significativamente a la exposición de las mujeres a la violencia de género digital
Madrid
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Iniciar sesiónLa violencia de género, que engloba todo acto basado en la pertenencia al sexo femenino que cause daño físico, sexual o psicológico, se ha ampliado al ámbito digital, dando origen a la violencia de género digital.
Este fenómeno abarca conductas abusivas y discriminatorias perpetradas a ... través de la tecnología, incluyendo internet, redes sociales y mensajes de texto. Es esencial comprender y abordar este desafío de manera integral, considerando especialmente la vulnerabilidad psicológica de las adolescentes frente a esta forma de violencia.
Las redes sociales aparecieron a finales de los años 90, y era difícil prever el gran impacto que iba a suponer para nuestras vidas. Las plataformas sociales han logrado, en muy pocos años, crecer exponencialmente hasta llegar a más de 4.760 millones de usuarios en todo el mundo.
Según UN Women, la entidad de las Naciones Unidas dedicada a la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer, al menos un 20% de las niñas en el mundo han sido blanco de violencia en Internet.
En España, el 2,3% de los usuarios de redes sociales tiene entre 13 y 17 años, de los cuales el 47,8% son mujeres. De estas, y según el informe «Violencia digital de género: una realidad invisible» el 25% de las mujeres de 16 a 25 años ha experimentado mensajes inapropiados en redes sociales. Estas cifras subrayan la urgencia de analizar en profundidad las causas que hacen a las adolescentes más susceptibles a esta forma de violencia, así como implementar estrategias efectivas, no solo para prevenirla sino también para abordar sus consecuencias desde el punto de vista psicológico.
Diversos factores contribuyen a esta vulnerabilidad frente a la violencia de género digital. Su uso muy activo de tecnologías digitales, especialmente en redes sociales, aumenta la exposición a interacciones negativas como al acoso y a la intimidación. La vulnerabilidad emocional inherente a la adolescencia, marcada por el desarrollo de la identidad y la búsqueda de aceptación, también contribuye a su exposición a este tipo de violencia.
La explotación sexual online se presenta como otra amenaza significativa para las adolescentes, y hace extremamente necesario concienciar sobre los riesgos asociados con compartir contenido íntimo. Además, estereotipos y prejuicios de género arraigados en la sociedad pueden manifestarse en formas de control, intimidación o humillación digital, exacerbando la vulnerabilidad de las adolescentes.
La falta de conciencia y educación sobre seguridad en línea contribuye significativamente a la exposición de las mujeres a la violencia de género digital. La experimentación online durante la adolescencia, que incluye la participación en comunidades virtuales y el establecimiento de relaciones, también aumenta la susceptibilidad a diversas formas de violencia online.
¿Cómo detectarla antes de que cause estragos?
La detección de la violencia de género digital presenta desafíos significativos, ya que ocurre principalmente en el ámbito digital. Algunas de las señales de alarma que podemos subrayar y considerar son:
• los comentarios ofensivos
• la difusión no consensuada de contenido íntimo
• la suplantación de identidad
• el ciberacoso, control y vigilancia online
• los cambios en el comportamiento.
Las personas que son víctimas de acoso online o violencia de género digital pueden experimentar una variedad de síntomas psicológicos como resultado del abuso. Estos síntomas pueden variar en intensidad y duración, y algunos de los efectos psicológicos comunes incluyen:
1. Ansiedad: El acoso constante en línea puede generar ansiedad significativa en la persona afectada. Pueden sentirse nerviosas, preocupadas o tener miedo constante de nuevos ataques.
2. Depresión: El acoso prolongado puede contribuir a la depresión. Las personas afectadas pueden experimentar una disminución del interés en actividades que solían disfrutar, cambios en el apetito, problemas para dormir y sentimientos de tristeza persistente.
3. Aislamiento social: El miedo al acoso puede llevar a la persona a retirarse de las interacciones sociales en línea y, en algunos casos, fuera de línea. El aislamiento puede agravar los problemas de salud mental.
4. Baja autoestima: Los comentarios ofensivos y las amenazas dirigidas al género de la persona pueden socavar su autoestima. Pueden comenzar a cuestionar su valía y sentirse inseguras acerca de su apariencia o habilidades.
5. Desconfianza: Las personas acosadas pueden desarrollar una desconfianza generalizada hacia las interacciones online. Pueden volverse cautelosas al compartir información personal o participar en comunidades en línea por temor a más abusos.
6. Impacto en la vida cotidiana: El acoso en línea puede afectar negativamente la vida diaria de la persona, desde su rendimiento académico o laboral hasta sus relaciones personales.
7. Pensamientos suicidas: En casos graves, el acoso persistente puede contribuir a pensamientos suicidas. Es crucial tomar cualquier indicio de ideación suicida seriamente y buscar ayuda profesional de inmediato.
Los efectos psicológicos en las víctimas son profundos e impactantes: la ansiedad resultante del acoso constante online puede generar miedo y preocupación. La depresión, producto del acoso prolongado, puede manifestarse a través de una disminución del interés en actividades placenteras, cambios en el apetito y problemas para dormir. El aislamiento social, consecuencia del miedo al acoso, puede agravar aún más los problemas de salud mental.
La baja autoestima es otra consecuencia común, ya que los comentarios ofensivos y las amenazas dirigidas al género de la persona pueden socavar su confianza en sí misma. La desconfianza online se desarrolla como una respuesta natural a la violencia sufrida, llevando a la cautela al compartir información personal o participar en comunidades en línea. El impacto en la vida cotidiana se manifiesta en la afectación del rendimiento académico o laboral, así como en las relaciones personales.
En casos más graves, las víctimas pueden experimentar pensamientos suicidas como resultado del acoso persistente. Es esencial destacar que la respuesta a la violencia de género digital varía de una persona a otra, dependiendo de la duración, intensidad y naturaleza del acoso.
¿Cómo abordarlo?
La elección de las diferentes herramientas de los profesionales de la salud mental para solucionar los problemas de violencia digital de género en las adolescentes requiere una atención especial, ya que como hemos comentado anteriormente su mayor exposición a la tecnología y su fase de desarrollo hacen que estén más propensas a experiencias negativas en línea.
El equipo de Buencoco considera crucial que el tratamiento sea personalizado y adaptado a las necesidades específicas de cada persona. Y que se aborde la violencia de género digital desde una perspectiva integral que integre la comprensión de las dinámicas de poder de género y la influencia de la tecnología en la vida de las personas.
De las terapias que consideran más apropiadas se pueden resumir en las siguientes:
Terapia Cognitivo-Conductual (TCC): La TCC es una terapia ampliamente utilizada para abordar diversos trastornos de ansiedad y depresión. En el contexto del acoso digital, la TCC puede ayudar a la persona a identificar y cambiar patrones de pensamiento negativos, desarrollar estrategias de afrontamiento efectivas y reducir la ansiedad asociada.
Terapia de Grupo: Participar en grupos de apoyo con otras personas que hayan experimentado violencia de género digital puede ser beneficioso. La terapia de grupo ofrece un sentido de comunidad y comprensión mutua, y compartir experiencias puede ayudar en el proceso de recuperación.
Terapia Narrativa: Esta terapia se centra en la construcción de la narrativa personal de la persona afectada. Ayuda a dar sentido a las experiencias traumáticas, reconstruir la autoimagen y fortalecer la resiliencia.
Terapia de Exposición: En algunos casos, la terapia de exposición puede ser utilizada para abordar la ansiedad asociada con el acoso. Este enfoque implica gradualmente exponer a la persona a las situaciones o pensamientos temidos, ayudándola a superar el miedo y la ansiedad.
Terapia de Pareja o Familiar: Si el acoso afecta las relaciones interpersonales, la terapia de pareja o familiar puede ser beneficiosa. Puede abordar las dinámicas familiares o de pareja relacionadas con el acoso y ayudar a mejorar la comunicación y el apoyo.
Además, resaltan que, dada la naturaleza digital del acoso, algunas personas pueden encontrar útil la terapia online. Esto permite a las personas acceder a apoyo profesional desde la comodidad de sus hogares y abordar directamente las experiencias en línea.
MÁS INFORMACIÓN
Por último, matizan que es fundamental abordar este problema a nivel social mediante la concienciación y la educación. La promoción de la conciencia sobre la seguridad en línea, la enseñanza de habilidades de navegación segura en internet y el fomento de relaciones en línea saludables son pasos cruciales para reducir la vulnerabilidad de las adolescentes a la violencia de género digital.
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