Todo lo que no debes hacer si sales con tu mascota en la ola de frío
La veterinaria Aida Gascó hace una serie de recomendaciones para el cuidado correcto de los animales cuando las temperaturas están bajo cero
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Iniciar sesiónLa ola de frío nos afecta a todos y las mascotas, como miembros plenamente integrados en la unidad familiar , también requieren una serie de cuidados y atenciones para no sufrir este drástico descenso de las temperaturas ni los efectos del contacto directo con ... la nieve.
Cuando se trata de perros que viven en pisos, los dueños saben bien que tienen que sacar a sus canes varias veces al día para que puedan hacer sus necesidades y ejercitar sus músculos. ¿Cómo hacerlo sin perjudicarles cuando hay temperaturas bajo cero y todo el suelo está helado?
Según Aida Gascó, veterinaria integrativa y psiconeuroinmunóloga , hay que evitar ponerles vaselina o crema tipo Nivea en las almohadillas de sus patas pensando que así se crea una película que les protege del contacto con la nieve. «Si el paseo no va a ser prolongado —menos de media hora— ni siquiera es necesario ponerles las botas adaptadas que venden en tiendas especializadas en mascotas».
Desde el Colegio de Veterinarios de Madrid recomiendan que si la temperatura es de 4 grados bajo cero los paseos sean más cortos de lo habitual . «Hay que tener también en cuenta la raza de perro —matiza Aida Gascó— porque un chiguagua o un crestado chino siempre van a sufrir más que un husky siberiano que está más preparado por su constitución y características para soportar estas temperaturas. Para los casos más desprotegidos se les puede poner un abrigo o impermeable de los que el mercado ofrece muchos modelos. También se debe prestar especial atención a la edad del animal porque los más mayores mantienen peor su equilibrio y pueden resbalarse con más facilidad y provocarse alguna fractura».
Explica esta experta que los perros regulan su temperatura corporal gracias a su glándula tiroidea y a la grasa parda que les protege desde pequeños del frío pero, si no utilizan esta grasa por vivir en lugares cálidos o en pisos, la van perdiendo a medida que crecen, por lo que quedan más desvalidos ante una situación excepcional como la que nos ha dejado la borrasca Filomena. Además, los de pelo corto tienen menos capa de grasa y sus resistencia al frío es menor aún.
Durante el paseo, los dueños deben observar si el perro tiembla, encorva su cuerpo, le cuesta andar, se lame mucho el hocico... «Todas ellas son señales de que el animal no está cómodo, por lo que es mejor llevarle a casa», advierte esta veterinaria.
Después de un paseo con un perro por la nieve, Aida Gascó recomienda:
— Quitarle la humedad del cuerpo con una toalla o secador si fuera necesario.
—Secar el pelo que queda entre sus dedos y sus almohadillas, ya que el contacto directo con el hielo puede resultar abrasivo. Si no se secan correctamente pueden resultar caldo de cultivo para hongos y levaduras como la malassezia.
—Por la noche, que es cuando el animal tiende a estar más quieto, se le puede poner crema en sus almohadillas , intentando que no sea la habitual de consumo humano, sino un producto específico para estos animales y que llevan componentes naturales como aloe vera, lavanda, carité... Y, si se puede evitar que se chupe, mejor para que el efecto calmante sea más duradero.
En cualquier caso, es importante que a los animales les dé el sol, al igual que las personas, «pero se ha descubierto que ellos no sintetizan de igual manera la vitamina D, lo que requerirá que se complete a través de la dieta», explica esta veterinaria. «Hay que facilitar que cuando salgan a la calle estén en lugares donde les pueda dar el sol directamente. Al igual que el resto de mascotas como gatos, canarios, conejos..., están regulados por su ritmo interno y los ciclos de luz y oscuridad , y cuando llega la mañana, lo primero que hacen es buscar la luz del sol. Es importante facilitárselo, y más en esta estación invernal».
Respecto a estas otras mascotas, como los gatos, a pesar de ser más sensibles al frío que los perros, « no es necesario taparlos si viven en un piso , a menos de que se trate de un gato esfinge de origen egipcio, ya que no tiene pelo y es mucho más sensible a las temperaturas bajas», concluye Gascó.
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