Por qué una separación «conflictiva» puede dañar el cerebro de tu hijo

«Un divorcio con buenos tratos es posible», asegura el psicólogo José Luis Gonzalo Marrodán, autor del libro ‘Cuando mi corazón calma’

21/10/2021
Actualizado 27/10/2021 a las 11:15h.

«Si quieres desarrollar el cerebro de un niño, alimenta su corazón» . Esta frase sería la síntesis de lo que el psicólogo José Luis Gonzalo Marrodán, explicó en su última conferencia sobre «buenos tratos en la infancia» organizada por la Unión de Asociaciones Familiares UNAF ... . Gonzalo Marrodán, autor del libro ‘Cuando mi corazón calma’ , sabe de qué habla, desde larguísima experiencia como psicoterapeuta infantil en casos complicados. «Trato con niños en acogimiento, cuya custodia ha tenido que ser retirada a los padres , que han vivido en situación de abandono, de negligencia. Y si los comparas con menores que han estado en entornos suficientemente buenos, las diferencias son abismales», reconoce.

Por este motivo, este psicoterapeuta, posgrado en traumaterapia sistémica infantil y formador de profesionales y familias, insiste en recordar que «si los padres se hacen la guerra en un divorcio, el cerebro del niño se verá indudablemente afectado. Así lo veo en consulta, cuando los padres revelan que se están separando y que notan que sus hijos están empeorando o descentrándose en los estudios. Son menores cuyo cerebro, que está en pleno desarrollo, está segregando cortisol constantemente, y eso es tóxico para el cerebro». De hecho, si el divorcio conlleva conflicto perpetuo y judicialización permanente, asegura, «los niños están en riesgo de desarrollar trastornos; también si sufren negligencia o abandono, es decir, si los progenitores no se relacionan con ellos, no atienden sus necesidades o no les dedican tiempo». Es decir, insiste, «si los padres se hacen la guerra en un divorcio, el niño se verá afectado por esto» .

Teniendo en cuenta que los buenos tratos son tan importantes, recuerda este experto, «un divorcio con buenos tratos es posible» y ha subrayado la importancia de una «parentalidad bientratante»: «Los buenos tratos favorecen el desarrollo psicomotor, cognitivo, afectivo y relacional sano de niños y niñas, una personalidad capaz de responder con empatía, solidaridad y altruismo a los desafíos de la infancia y de la edad adulta, y aseguran el bienestar infantil».

¿Cómo podemos hacer? En este sentido, ha explicado las claves para un divorcio con buenos tratos: «En un divorcio debemos poner el foco en la responsabilidad de los progenitores y promover sus competencias parentales básicas: la empatía y el apego adulto. Además, es fundamental la respuesta sintonizada de los progenitores con las necesidades emocionales y de vínculo de sus hijos. Por último, la cordialidad y la colaboración son la base para poder compartir la parentalidad ».