La Reina Letizia ejerce de perfecta anfitriona con un soberbio vestido de gala

Un evento en el que cada detalle estaba cuidadosamente planificado para que la velada fuese perfecta, hasta el diseñador del vestido de Su Majestad, que también era italiano. Eligió un sobrio vestido negro de Giorgio Armani para la ocasión, una firma que no suele figurar muy a menudo en su vestidor y con la que queda patente que ha querido hacer un guiño a sus invitados.

Si el look que llevó por la mañana estaba compuesto por prendas de otros años, por la noche apostó por estrenar este modelo que realzaba su figura al máximo y que dejaba ver sus esbeltos brazos. Un vestido negro con escote corazón y gruesos tirantes que se ajustaba al pecho y la cintura para terminar con una amplia falda con vuelo. Como único detalle, contaba además con unos drapeados estratégicos en la cintura que la realzaban todavía más y le aportaban un extra de elegancia.

Una prenda sencilla y sofisticada que probablemente haya sido pensada para admitir todos los accesorios que se le añadieron sin que se viese recargada y que se analizan a continuación. En primer lugar, el protagonismo se lo llevó la tiara rusa que perteneció a la Reina María Cristina, quien la estrenó en 1906. Una pieza de Cartier inspirada en los tocados rusos con perlas y diamantes en forma de lágrimas invertidas con sobre una base de platino.

Por otro lado, el collar y la pulsera , pertenecientes a las ‘joyas de pasar’ de la Reina Victoria Eugenia y realizados por la casa joyera Ansorena. En cuanto a los pendientes, optó por un diseño más discreto que no desviase la atención del resto de piezas compuesto por unos pequeños diamantes. Remató su elección con el anillo de Karen Hallam del que no se separa y que fue un regalo de sus hijas.

No hay que olvidar tampoco que Sus Majestades lucieron la banda verde y roja de la Orden al Mérito de la República Italiana , concedida por Mattarella, y que en el caso de Doña Letizia, añadió un broche con una gran perla gris rodeada de brillantes y otra en forma de lágrima que estrenó por primera vez en 2019.

Por último, el calzado, unos stilettos negros de piel de pitón de Manolo Blahnik con los que se ha dejado ver en más de una ocasión y un bolso de Bottega Venetta (el modelo Knot) que posee en varios colores.