Todos en pie para el desfile de Balenciaga
ANA UREÑA
Primera noticia desde París: David Lynch vuelve a estar de moda. Este «revival» se debe: 1) a que el artista multifacético ha diseñado la nueva discoteca de moda de la Ciudad de las Luces (se llama «Silencio», y está en la Rue Montmatre); ... y 2) a que la banda sonora de «Twin Peaks» fue la música de ambiente que sonó antes de que empezara a desfilar la colección de Balenciaga .
Este último no solo es uno de los desfiles más esperados de la semana de la moda parisina, sino que también ha sido el que ha puesto la anécdota del día. Los invitados y la prensa especializada (sí, hasta la misma Anna Wintour , directora de «Vogue» USA) tuvieron que ver el desfile de pie, por un fallo técnico (se derrumbó la banqueta de la «front row»). Si hubiesen querido hacer una ovación al diseñador, nadie se habría enterado.
Los que pudieron ver algo (dicen que desde la segunda fila no se veía nada) descubrieron un sinfín de prendas urbanas... o mejor dicho: lo que su diseñador, Nicolas Ghesquière , entiende como «prenda urbana»: shorts microscópicos, cinturas extraaltas, hombros y mangas desproporcionadas y bloques de colores sobre la ropa.
Misma temática en la maison Balmain (el uniforme urbano), pero distinta ejecución. ¿El responsable? Olivier Rousteing, que se estrena como diseñador de la casa , con tan solo 25 años, después de la salida de Christophe Décarnin. Ante una primera fila sentada, desfilaron pantalones pitillo de cintura alta y de cintura baja (para las que no se acostumbran a la «silueta pera»), también microshorts, faldas largas estilo hippy y chaquetas marcadas, lo que se ha convertido en una de las piezas fuertes de la casa parisina. ¿Los colores? Mucho blanco, algo de denim y casi todo con toques dorados rococó y flecos. Mañana más.
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