Armani, el maestro de la moda italiana repudia el despilfarro

Desde la década de los 70, su palabra es ley en la industria de la moda. Ahora, a sus 86 años, se suma sin pudor al movimiento «slow» y aconseja a las celebridades que dejen de utilizar las prendas una única vez

El diseñador tras un desfile en Milán en 2019 EFE

21/12/2020
Actualizado 22/12/2020 a las 08:24h.

« Se acabó lo de vestir una sola vez cada modelo ». Son las rotundas palabras de Giorgio Armani (86 años) en una carta enviada a la revista WWD. ¿Cambiarán para siempre las reglas del mundo de la moda tras el Covid- ... 19? De momento, este creador mayúsculo no ha dudado en hacer unas declaraciones en las que critica el uso de la moda como algo efímero, que solo permanece lo que dura una fotografía. Armani anima a la industria a integrar todas sus actividades en un marco de sostenibilidad, a través de su apoyo explícito al movimiento slow fashion , que aboga por una menor producción y por una reducción en la cantidad de colecciones y prendas.

«El deterioro del sistema de la moda tal y como lo conocíamos comenzó cuando el segmento de las marcas de lujo adoptó la operativa de las empresas de moda rápida y sus incesantes ciclos de entregas de novedades para vender más», escribe Armani.

El modisto critica especialmente a las celebridades, esas que tantos años le han favorecido en la alfombra roja, aduciendo que convierten la moda en algo frívolo y sin valor, ya que «mostrar las prendas en una única ocasión nos arrastra a un gran despilfarro de material y talento».

Armani piensa que se debería reducir el número de colecciones y estima necesario y responsable ampliar la vida de cada prenda expuesta en las tiendas. El pasado 6 de abril, el creador ya había declarado a la misma publicación que «debería existir una cierta alineación entre la temporada climática y la temporada comercial, para evitar el desperdicio en sobreproducción de piezas». Animó al sector a evitar «la inmoralidad de que una simple chaqueta llegue al escaparate y, tres semanas después, se considere una prenda pasada de moda y que se sustituya a su vez por otra nueva muy similar... Yo nunca he trabajado así y siempre he defendido la elegancia intemporal ofreciendo prendas que duran».

En aquellas declaraciones de abril, Armani también fue muy duro con un cierto tipo de evento creado alrededor de la moda: «Basta ya de desfiles de crucero a lo largo y ancho del planeta para presentar creaciones flojas y entretener al público con grandiosos eventos inapropiados e incluso vulgares que son un despilfarro. Los shows especiales son para ocasiones especiales».

Generación Z

Las opiniones del creador de origen armenio-italiano nacido en Piacenza son ampliamente compartidas por la mayor parte del sector y sus argumentos imbatibles. Pero habría que tener en cuenta que a Armani le favorece el movimiento slow fashion, pues tiene un posicionamiento de marca muy alto, debe pagar importantes sueldos a su equipo de creadores y tiene que dejarse la piel para inventar cada temporada sin traicionar su propio estilo, algo que no necesita hacer la moda rápida a la que ataca. Armani, quien tras pasar por la mili cambió las aulas de Medicina por los escaparates de la elegante La Rinascente, en Milán, para crecer, después a la sombra de Nino Cerruti hasta fundar su propia marca en los años 70, crea una moda clásica e intemporal desde siempre.

Aunque en general se retornase a un mayor número de colecciones por año tras la pandemia, lo cierto es que el Covid-19 no solo es responsable de este cambio. Es la Generación Z (los nacidos entre 1996 y 2012) la que ha erigido nuevos valores que toda la sociedad al unísono está adoptando como propios: sostenibilidad, descenso del consumo masivo, honestidad, transparencia y prevalencia de condiciones de trabajo dignas en los países donde se fabrica. El nuevo cliente es juez y parte, rechaza los comportamientos poco éticos y castiga a las marcas que se muestran indiferentes a la nuevo moral.