La única mujer que le toca el pelo a Jon Kortajarena

Nuria lleva casi 35 años poniendo guapos a los bilbaínos a golpe de cepillo y acondicionador. Durante los últimos 16 ha regentado su propio negocio, Redruello Peluqueros, en el casco viejo de Bilbao. El pasado mes de mayo desenchufó el último secador para emprender una nueva andadura en El Corte Inglés de la ciudad vasca , con un nuevo establecimiento llamado Solo para hombres. El propio Kortajarena lo anunció con gran orgullo en Instagram. «Mamá is on fire. Muy pronto los vascos vamos a ser los hombres con el mejor corte de pelo del mundo».

Redruello toma el relevo de Kunen, la antigua peluquería de caballeros de los grandes almacenes bilbaínos que echó el cierre en el verano de 2015 tras la muerte del propietario de la firma. «Ahora mismo estoy muy ocupada con las obras del nuevo salón de belleza y no te puedo atender. Queremos abrir la semana que viene, pero tampoco te puedo contar mucho más», contesta Nuria, con parquedad, a este periódico vía telefónica. La peluquera nunca se ha sentido cómoda bajo los focos y prefiere que sea su hijo el que acapare todo el protagonismo en los medios.

En su nueva faceta, la madre de Kortajarena se dejará llevar por cortes mucho más modernos y atrevidos , guiándose por las tendencias de cada momento. No hay duda de que más de uno buscará una reproducción del peinado de su niño. De hecho, en alguna ocasión, Nuria ha reconocido que ha recibido a clientes de toda España que han viajado cientos de kilómetros para poder parecerse, al menos en lo que al peinado se refiere, a nuestro modelo más internacional.

La progenitora de Jon Kortajarena es una trabajadora insaciable , fiel a su clientela de siempre, que se resiste a rendir pleitesía a los grandes astros del mundo de la moda con los que se codea su hijo. En una ocasión, el diseñador Tom Ford, para quien Jon ha desfilado numerosas veces y con quien ha trabado una excelente amistad –intervino en "Un hombre soltero", su película ópera prima como director–, la llamó para que pusiese a punto a su modelo estrella horas antes de un desfile en Londres. Fue imposible. Tenía la peluquería hasta los topes y sin ningún remilgo le dijo que no. Así lo relataba el propio Jon a un programa de ETB: «Yo flipé. "Pero ¿cómo no vas a venir? ¿Estás loca?" "Que no, que mis clientas son lo primero"», contestó muy seria la estilista, para pasmo inicial del modelo.

Jon creció prácticamente entre secadores y rulos del pelo. De pequeño se dejaba caer por la peluquería de su madre y pedía masajear la cabeza a las clientas para que le dieran propina. En aquel momento nada hacía presagiar que acabaría labrándose un exitoso futuro profesional gracias a su imagen. En 2003, un amigo le pidió que asistiese a un show en Barcelona. Allí conoció al que hoy sigue siendo su representante, que le convenció para que probase el mundo de la moda. Jon tuvo su primera experiencia profesional como modelo en Cibeles y forjó una de las carreras internacionales más sólidas en la moda masculina. Pero no le bastó con eso. Ahora, sobrepasada la treintena y con ansias de nuevos retos, busca su hueco en el siempre complicado mundo del cine, donde no es suficiente con lucir una cara bonita y un bonito y brillante tupé atusado por mamá.