ELISABETH VON THURN UND TAXIS
«Mi nombre abre puertas, pero también despierta muchos prejuicios y envidias»
Se crió en el seno de una de las familias nobles más ricas de Europa, rodeada de celebrities, y ahora brilla por sí misma como escritora
Crecer en el schloss St. Emmeram, un palacio-abadía de 500 habitaciones, puede ser una experiencia surrealista. O, en el peor de los casos, solitaria. Elisabeth von Thurn und Taxis , hija de la famosa ex «princesa punk» Gloria Schönburg zu Glauchau-Waldenburg, nació ... entre sus muros en 1982. «Me crié rodeada de personas del mundo del arte, la cultura, los medios, la nobleza... Fue grandioso estar expuesta desde pequeña a personajes creativos tan diferentes» , reconoce Elisabeth a ABC cuando repasa la lista de amigos de su familia, que incluye nombres como el de Mick Flick, dueño de Mercedes-Benz, o el del mismísimo Benedicto XVI.
Su apellido es sinónimo de rancio abolengo, tan rancio como el servicio postal europeo, fundado por sus antepasados en el siglo XV. O como las 30.000 hectáreas de bosques germanos y la fortuna que posee su familia, estimada por «Forbes» en 2.100 millones de euros. «No puedo negar que mi nombre abre puertas, pero también despierta muchos prejuicios y envidias», aclara la princesa.
Una princesa de pueblo
Ubicado en Ratisbona, Baviera, el hogar de los von Thurn und Taxis es el orgullo de la ciudad y de su dueña, quien una vez comentó que, en comparación con St. Emmeram, el Palacio de Buckingham es «una choza». Aunque desde dentro no se ve igual. «Es un pequeño pueblo alemán, donde yo era diferente y te lo hacían sentir», dice cuando se le pregunta por las desventajas de ser Su Alteza Serenísima. «Es difícil, siempre tienes que estar demostrando que no eres esa persona que todos piensan» .
Entonces, ¿quién es en verdad esta prinzessin del siglo XXI? Pues, a sus 29 años ya puede alardear de ser «la primera noble bloguera» , autora de dos libros exitosos en su país, y una férrea defensora de la Iglesia católica que suele ser noticia por sus reflexiones teológicas. «Es difícil ser católico en estos tiempos, porque es una religión impopular y poco cool. Puedes ser budista o cualquier otra cosa y la gente se interesará por ti, pero si dices que eres católica se espantan... especialmente en mi círculo social», explica. Por eso, hace tres años escribió «Fromm!» —en español, «¡Devota!»—, un libro sobre cómo la religión la ayudó en los tiempos difíciles de su infancia (su padre, el príncipe Johannes, murió cuando ella tenía 9 años). «Comencé a escribir sobre el tema en un diminuto periódico religioso y nunca pensé que terminaría en un libro».
Su testimonio de fe atrajo la atención del hermano del Papa, Monseñor Georg Ratzinger , quien se ofreció a escribir el prólogo de «Fromm!». «Fue muy dulce con su ayuda. Él vive la religión como nadie. Igual que Benedicto XVI, con quien coincidí varias veces antes de que fuera Papa. Es un hombre fuerte, que vive y predica aquello en lo que cree, incluso los aspectos más incómodos», dice.
La prensa seria alemana entró en éxtasis con la historia de la glamurosa princesa «amiga del Vaticano», defensora de la misa en latín y enfermera de los peregrinos de Lourdes. Un delirio mediático que llegó al cenit a finales de 2009, cuando compartió plató con Lady Gaga en el popular programa «Wetten dass...?», la versión alemana de «¿Qué apostamos?». «Lo más curioso es que los medios de mi país se escandalizan más cuando escribo sobre mi vida de princesa, que cuando lo hago sobre religión», destaca.
La chica de moda
«Los diarios de la princesa», su segundo libro, basado en el blog que escribió hasta 2010, narra el día a día de una chica de su clase. O sea, una sucesión de galas, vernissages y encuentros con lo más granado de la aristocracia. «El libro en sí no es polémico. Pero en Alemania tenemos muy poco espacio para el lujo, la gente se siente incómoda con estos temas si no tienen un trasfondo intelectual», dice. Ella, por el contrario, se siente igual de cómoda posando para una campaña de Missoni como compartiendo un viaje ecuménico con el obispo Josef Clemens. «Algunos quieren tratarme como una pequeña niña rica estúpida que escribe libros... y no me molesta . Lo cierto es que “Los diarios...” está funcionando muy bien con las mujeres de 20 a 30 años».
Sus amistades de alto vuelto —los Casiraghi, por ejemplo— y su formación en el periodismo —cursó dos años en Madrid— la acaban de elevar hasta lo más alto de las oficinas de Condé Nast en Nueva York. O sea, a la misma planta en la que trabaja la todopoderosa jefa de la revista «Vogue», Anna Wintour. «Anna me ha dado una oportunidad que ni siquiera pedí ni soñaba», dice von Thurn und Taxis sobre su nuevo puesto como editora de estilo de la «biblia» de la moda, donde escribe una columna sobre sus hazañas a caballo entre Londres y la Gran Manzana. Quizá el diablo siga vistiendo de Prada, pero ahora tiene un «ángel» noble a su lado.
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