Rosario: «Esta Navidad en casa de los Flores se cantará menos»
La artista rompe un silencio «obligado» por la crisis sanitaria con un tema que será adelanto de su nuevo álbum
Rosario Flores en su entrevista con ABC
Su destino ya estaba escrito mucho antes de que viniera al mundo, el 4 de noviembre de 1963. De hecho, su madre apenas se había bajado de una gira triunfal para dar a luz a una cría a su pura imagen y semejanza, para regresar ... a la carretera en cuanto el cuerpo se recuperó del parto. «Mi madre era un ser excepcional, muchísimo más graciosa que mi hermana y que yo, más abierta… muchísimo mejor en todo. Era un ser que iluminaba», reconocía Rosario ante las cámaras del programa «Lazos de sangre» (TVE). La más pequeña de los hijos de Lola Flores y Antonio «El Pescaílla» también es una mujer luminosa, carismática y tocada con ese estilo único de la estirpe de La Faraona. Como artista, el parón (profesional) impuesto por la pandemia le está haciendo sufrir.
«Mi vida es la música, soy artista de directo y lo echo tanto de menos... Ya llevo ocho meses sin subirme al escenario y me estoy volviendo loca», se sincera en una entrevista con ABC, con motivo de la puesta de largo de una nueva canción, «Te lo digo todo y no te digo ná». Ha roto el silencio con ese gipsy funky tan propio de ella. Al fin y al cabo, asegura, se trata de poner sal y pimienta a la grisura del día a día. «Nunca había estado dos meses seguidos en casa, sin hacer una maleta -recuerda a propósito del confinamiento de la pasada primavera-. Y reconozco que me vino bien, porque realmente esta vida agota. Llevaba demasiado tiempo sin parar. Me lo tomé como un regalo, aunque me habría gustado que no hubiera sido por obligación». Ese «silencio» de tan difícil digestión para alguien que se crió en la fiesta eterna del Lerele, la casa familiar de los Flores, Rosario acabó aprovechándolo para preparar un álbum, que saldrá en marzo de 2021; estudiar piano y guitarra, leer y dedicarse a la repostería junto sus hijos Lola, fruto de su relación con Carlos Orellana, y Pedro Antonio, de su actual marido, el productor Pedro Lazaga . Ella ahora lo ve claro: «Esto es una advertencia para todos. Ojalá sirva para concienciarnos de que tenemos que cuidar la Tierra. No todo es consumir, hay cosas más importantes». Aún así, tiene esperanza: «A ver si las vacunas funcionan. Lo que está claro es que esto nos ha hecho más conscientes del valor de la vida».
Casi han pasado tres décadas desde que rompiera esquemas con aquel discazo llamado «De ley» que le «regaló» su querido hermano Antonio y que ella defendió con poderío en los escenarios. Tenía 27 años y arrasó. «Quería hacerlo, pero ser ‘‘hija de’’ no te lo ponía fácil. No podía fallar. Sabía que tenía a todos los medios conmigo, y precisamente por ello me exigirían más. Tuve que esperar. Y cuando me atreví, la gente me sintió. En ese momento pasé a ser Rosario Flores», explica. En ese momento, dejó de ser solamente Rosarillo.
« Mi apellido es mi orgullo y si tengo arte y algo que dar, es por los padres que tuve, por la sangre que llevo dentro», añade, al tiempo que no oculta su orgullo de estirpe. Más allá de sus hijos Lola y Pedro, y de sus sobrinos Elena, Guillermo y Alba, sueña con que las nuevas generaciones de los Flores «se sientan artistas».
«Tres ángeles del cielo»
Hablar de la Navidad para ella es evocar saraos multitudinarios y bailes hasta el amanecer a ritmo de rumba. ¿Con qué animo encara Rosario las próximas fiestas? «Será con poca gente, porque no podemos juntarnos. Este año será diferente. Esta Navidad, en casa de los Flores se cantará menos», explica. Y muy presentes, como siempre, estarán sus «tres ángeles del cielo»: sus padres y su hermano Antonio.
De quien se acordará será también de su amigo Rafael Amargo , a quien «quiero mucho». Se ha llevado un buen «disgusto» después de que el bailarín fuera detenido por presunta pertenencia a organización criminal y tráfico de drogas. «Que tengan mucho cuidado con las acusaciones, porque hacen mucho daño y él tiene una gran trayectoria artística. Por favor, que no se la tiren por el suelo. A los que somos famosos rápidamente nos echan un peso encima que puede resultar muy dañino», se lamenta. Espera que al final nada de lo sucedido tenga que ver con él.