La Reina, entre las monjas de Lerma y la misa de Palma

Mientras Don Felipe cerró su actividad pública en el Palacio Real, donde recibió las cartas credenciales de seis nuevos embajadores, Doña Letizia lo hizo en un monasterio de Lerma (Burgos), donde visitó por sorpresa y a las monjas dominicas. La Reina había inaugurado esa mañana la exposición Las Edades del Hombre, tomando el relevo a Doña Sofía, que hasta ahora había inaugurado las ediciones anteriores. Y, desde allí, se acercó al Monasterio de San Blas.

Días atrás, las monjas habían invitado formalmente a la Reina, pero la Casa del Rey les había comunicado que no le sería posible atender esa invitación, por lo que inicialmente se tuvieron que conformar con la foto y la carta que La Zarzuela les envió. Sin embargo, la misma mañana del jueves, la Casa del Rey anunció a las monjas que Doña Letizia acudiría al convento después de inaugurar la exposición, y la noticia provocó cierto nerviosismo entre las religiosas , que pensaban que la visita iba a ser algo protocolario. «Sin embargo, cuando llegó, lo que nos encontramos fue... ¡una persona! Pasó a saludarnos a cada una, te miraba a los ojos, nos preguntaba cómo estábamos, nos dio las gracias por escribir desde el amor y ayudar a tantas personas... Nos encontramos con una persona con corazón, sencilla y cercana». Así lo relataron después las religiosas en una carta publicada en su página web.

Curiosamente, este era el segundo encuentro con monjas que Doña Letizia mantenía esta semana, pues el miércoles había estado visitando el Real Monasterio de La Encarnación , de Madrid, donde inauguró las obras de acceso para personas con discapacidad, y también aprovechó para mantener un encuentro con la comunidad religiosa, en cabezada por la priora del monasterio y los capellanes.

Con estas dos reuniones religiosas, Doña Letizia cerró su agenda oficial antes de disfrutar de la Semana Santa con el resto de la Familia Real. Como es habitual, el Palacio de La Zarzuela no ha facilitado información sobre las vacaciones de los Reyes, que transcurrirán en la intimidad, salvo que Don Felipe y Doña Letizia decidieran dejarse ver en algún rincón de la geografía española antes del Domingo de Pascua.

Ese día habrá ocasión de ver en público por primera vez a los Reyes y a sus hijas desde el pasado 6 de diciembre, cuando acudieron con Don Juan Carlos y Doña Sofía al Congreso de los Diputados para conmemorar el 40 aniversario de la Constitución . En aquel acto, la Princesa de Asturias y la Infanta Sofía fueron testigos del homenaje de gratitud que recibieron sus abuelos tras casi 39 años de reinado.

Como es previsible, el próximo Domingo de Pascua toda la atención estará puesta en las dos Reinas, después del incidente del año pasado, cuando Doña Letizia trató de impedir que Doña Sofía se fotografiara con sus nietas en el interior del templo. Aunque las Reinas ya demostraron el pasado verano en Mallorca que habían recuperado la complicidad, con numerosas salidas en privado, lo cierto es que ambas regresan juntas por primera vez al escenario del incidente, y es inevitable que se analicen con detalle sus gestos.

Antes de esa cita, Doña Sofía volverá este lunes a la Catedral de Palma, donde asistirá en privado al ya tradicional concierto a beneficio de Proyecto Hombre, en el que la Orquesta Sinfónica de las Islas Baleares interpretará el Réquiem de Mozart. Igualmente es probable que el Viernes Santo acuda a las procesiones en Palma de Mallorca, como ha hecho los últimos años.

Quien ha apostado este año por las procesiones de Sevilla ha sido la Infanta Doña Elena, a quien se vio el jueves llegar a la estación de Santa Justa con su hija Victoria.

Sin embargo, estas fechas se presentan muy duras para la Infanta Doña Cristina , que pasará su primera Semana Santa sin su marido. Iñaki Urdangarin continúa cumpliendo pena en la prisión de Brieva (Ávila), donde ya lleva nueve meses de los cinco años y diez meses a los que fue condenado. Urdangarin solo puede recibir una visita a la semana de cuarenta minutos de duración, realizar diez llamadas telefónicas a la semana de cinco minutos cada una y mantener un vis a vis una vez al mes de hasta tres horas de duración. A partir de noviembre o diciembre, su situación empezará a mejorar, ya que podrá disfrutar de permisos ordinarios de hasta una semana de duración con un máximo de 36 días al año.