Así es María del Mar García Vaquero, la novia de Felipe González

Coincidiendo con que la noticia iba a saltar ( Paloma Barrientos lo adelantó en «El programa de Ana Rosa» ) la pareja aprovechó para viajar a Argentina donde actualmente se encuentran alejados del ruido mediático que esta nueva situación sentimental del político ha originado. Según me cuenta, González está tranquilo y es más su pareja, María del Mar García Vaquero, quien anda un tanto agobiada por la presión que pudiera sentir a su regreso ahora que su romance ya no es un secreto para los íntimos.

Tal y como señalé, se conocieron a través de un constructor íntimo amigo del ex presidente, García Cereceda, hace ya cosa de dos años. Aunque su relación algunos la conocen desde hace ocho meses lo cierto es que al poco tiempo de verse se dieron cuenta de que tenían muchas cosas en común y de ahí que empezaran un noviazgo lento pero seguro, discreto pero con la complicidad de sus cercanos que sabían de la situación de ambos y han guardado silencio sepulcral durante todo este tiempo.

Se da la circunstancia de que Mar García Vaquero es hermana de la mujer de Pedro Trapote, Begoña. En total los García Vaquero Vela son tres hermanas y un hermano. A raíz de esta separación González ha abandonado su domicilio en Somosaguas para mudarse a un piso alquilado en la calle Velázquez, muy cerca de la casa donde vive Mar García Vaquero con sus dos hijas. Es más que probable que en un plazo breve decidan compartir casa y más ahora que todo ha salido a la luz.

Como es normal, de González todo el mundo tiene una idea de cómo es, pero su novia para la gran mayoría es una gran desconocida. Sus cercanos aseguran que es una mujer muy sensata, seria y responsable, que nunca quiere figurar en nada por lo que esta popularidad le creará cierta tensión y que es independiente económicamente hablando puesto que trabaja en la banca y sabe ganarse la vida perfectamente. Vamos, que ni se trata de la típica jovencita con la que suelen acabar muchos hombres poderosos que peinan canas y creen que siguen irresistibles y encima les hacen padres cuando la naturaleza les recuerda constantemente que son abuelos.

Si hay algo en lo que insisten los cercanos a la pareja es que se han compenetrado perfectamente y están enamorados e ilusionados. González, cuyo hobby actual es pulir piedras con el mismo mimo con el que años atrás cuidaba su colección de bonsais, debió de alucinar cuando hace unos meses se especuló en algunos medios con la inminente separación de un importante político de este país. Entonces los más osados apuntaron directamente a Aznar y sólo consiguieron o una demanda o una rectificación. Hoy son ellos los que alucinan.