La joven que pasó de dormir en un coche a ser millonaria por su parecido a Kim Kardashian

Sin embargo la vida de Erin Budina no siempre ha sestado rodeada de lujo y glamur, pues nació en una familia pobre e incluso tuvo que dormir en varias ocasiones en su coche pues su cuenta bancaria no alcanzaba los 100 euros. La joven galesa dejó a su familia con destino a Londres para buscar un futuro mejor. No tenía dinero pero sabía que a través de las redes sociales, si se hacía de la manera correcta, podría ser un tobogán hacia la fama . Erin comenzó a publicar fotos picantes en Instagram y sus seguidores comenzaron a crecer como la espuma, con personas que comentaban su asombroso parecido con la celebrity Kim Kardashian. Tras lograr reunir a miles de seguidores, las marcas comenzaron a llamarla para que trabajase como imagen de sus productos. Llegó a conseguir que le pagasen más de mil euros por una sola publicación en su perfil de Instagram, convirtiéndose en una importante influencer que vende cosméticos y ropa.

Tras meses de ahorro, la joven se sometió a un aumento de glúteos que le costó más de 10.000 euros. Unos implantes que lograron que su parecido con la estrelladle la televisión estadounidense aumentase notablemente. «Me veo viviendo en una gran casa grande en Londres. Siento que me casaré con un rapero sexy o un jugador de baloncesto », confesó para el reality de la BBC. «Creo que tendré muchos hijos. Quiero una gran familia, porque tengo una gran familia y quiero cinco hijos». Este papel televisivo la catapultó a la fama, convirtiéndose en una importante influencer que las marcas se rifan a cambio de miles de euros. «Me veo conduciendo un Lamborghini rosado, luciendo un Rolex y cubierta de joyas , bolsos de diseño y paseando en un yate».

A pesar de todo, la joven admite que tiene esforzarse diariamente para lograr la perfección en su aspecto, algo que a menudo le provoca cierta inseguridad : «Siento mucha presión. Algunos días pienso que todo lo que hago no es suficiente», confesó. «Te peinas igual que el día anterior, te maquillas igual y aún así piensas: ‘Oh Dios mío, soy tan fea' ».