Estalla la guerra total entre Alejandro Sanz y su exmujer, Raquel Perera
Ella ha solicitado amparo legal en la Corte de Miami, para evitar que el cantante malgaste su fortuna antes de firmar el divorcio y la deje en la ruina
Pilar Vidal/Aurelio Manzano
Hace ahora justo un año que «Hoy Corazón» publicaba en exclusiva que Alejandro Sanz (51 años) y Raquel Perera (45) se separaban tras 12 años juntos . Ante el revuelo mediático que supuso esta ruptura, la pareja se apresuró a confirmar ... la noticia y a recalcar que la suya era una separación amistosa, colgando en sus redes sociales una imagen de ellos con sus dos hijos, Alma y Dylan , de 6 y 9 años, que acompañaron del siguiente mensaje: «Somos una familia y siempre lo seremos… sin destruir el cariño, la lealtad y la responsabilidad conjunta sobre nuestros hijos». Hasta aquí, todo hacía pensar que esta separación iba a ser de mutuo acuerdo, tal y como habían anunciado y habían sido las anteriores rupturas del cantante. Pero la guerra entre la expareja ha estallado. Hasta el punto de que el pasado jueves Raquel Perera solicitaba una moción de urgencia en la Corte de Familia de Miami, ciudad donde reside con los hijos del cantante, para solicitar protección legal temporal y evitar que Sanz malgaste los bienes matrimoniales antes de que se ratifique el divorcio.
Demanda de divorcio
Alejandro y Raquel estaban manteniendo conversaciones amistosas para llegar a un acuerdo. Sin embargo esa buena sintonía se rompía cuando el cantante, presentaba, sin previo aviso, el pasado 15 de abril una demanda de divorcio en los Juzgados de Pozuelo de Alarcón. Sorprendida, porque no se lo esperaba, Raquel, aconsejada por su abogado y buscando el mejor interés para sus hijos interpuso su propia demanda el 29 de Mayo en Miami, ciudad en la que vivir y donde quiere que se lleve a cabo el proceso. La guerra de demandas había comenzado. En la demanda de divorcio Raquel solicitaba, entre otras cosas, 40.000 euros mensuales de pensión alimenticia y repartir los bienes que adquirieron cuando estaban juntos, alegando que durante su matrimonio se dedicó por completo a la carrera musical de su marido y a la crianza de sus hijos. Aunque también pudo emprender, apoyada por Sanz, algunos negocios de cosmética y ropa, sin mucho éxito. En la extensa demanda, a la que ha tenido acceso ABC en exclusiva, detalla que llegó a presidir alguna de las empresas de su exmarido, en concreto, Gazul Producciones S.L., sin percibir ningún salario por ello. Entre las peticiones para los menores, Perera, solicita poder seguir llevando a sus hijos a la escuela privada, mantener los seguros médicos, gastos dentales, tutorías para los niños, actividades extraescolares o campamentos de verano, entre otras cuestiones. En lo que respecta a la custodia, solicita pasar más tiempo con sus hijos, con los que reside en Miami, alegando que Alejandro, por su carrera musical, pasa la mayor parte del año fuera de casa. Y que, cuando tiene tiempo libre, en lugar de aprovecharlo para pasar tiempo con ellos, el cantante se escapa a España para ver a su familia y atender sus negocios. Por lo que puede estar semanas e incluso meses sin verles .
Medidas urgentes
Al recibir la demanda el cantante hizo una generosa contraoferta, que fue rechazada de facto por su ex. Hasta el punto de que Perera ha acudido a la Corte de Miami este pasado jueves en busca de protección legal. En la vista rápida ante el juez, la abogada de Raquel pedía que el cantante no malgaste los bienes matrimoniales durante el proceso de divorcio. En el documento se pide que Alejandro no pueda sacar, transferir o hacer otro tipo de transacción de las cuentas comunes que tienen en entidades bancarias como el Banco Sabadell y Morgan Stanley en Florida. Ya que es él el único que tiene firma y poder sobre esas cuentas. Según consta en el documento, Raquel asegura haber recibido WhatsApp amenazantes del cantante unos días después de serle notificada la demanda de divorcio, asegurándole que le quitaría toda ayuda económica e incluso dejaría de costearle el personal de servicio, pues, según él, ella lleva un año sin trabajar y por lo tanto no lo necesita. Pero Raquel va más allá y denuncia que Alejandro le ha cancelado las tarjetas de crédito, no ha abonado las mensualidades escolares de los niños y quiere obligarla a abandonar la casa alquilada en la que han creado su nuevo hogar en Miami. En este punto, Alejandro ofrece bajar la manutención mensual de 40.000 a 15.000 euros, algo inviable, ya que solo el alquiler de la casa donde vive ella con sus hijos cuesta 18.000 euros al mes, tal y como sus abogados han demostrado en el escrito. En dicho escrito también argumentan que no se entiende cómo Sanz puede estar gastando 33.000 euros mensuales en España, donde reside con su actual pareja, Rachel Valdés , el hijo y la madre de esta, y quiera escatimar dinero con sus propios hijos.
Por tres canciones
Raquel pide al juez que le garantice un status quo temporal hasta que se resuelva el divorcio. Algo que de momento no ha logrado conseguir, ya que el abogado de Sanz alegó haber recibido los papeles hacía poco y solicitó 20 días para responder. Aún así, tras la demanda de Perera, el juez firmó una orden donde congelaba todas las cuentas del cantante en USA y le prohibía hacer cualquier tipo de movimiento con ellas. Dejó solo activa una de ellas para que Raquel pueda seguir pagando los gastos familiares. Esta orden judicial tiene vigencia inmediata y permanecerá en pleno vigor y efecto hasta que se dicte una nueva orden.
El entorno del cantante asegura que quiere llegar a un acuerdo favorable y que protegerá a sus hijos, como ha hecho con Alexander y Manuela, el primero, fruto de una relación extramatrimonial con la estilista portorriqueña Valeria Rodríguez y la segunda, de su unión con la mexicana, Jaydy Mitchell . Esta semana Alejandro, ha sido noticia por el homenaje recibido por el Ayuntamiento de Madrid, quien le ha dedicado un puente en su barrio de Moratalaz, al que han bautizado con el nombre de «Corazón Partido» y que no ha estado exento de polémica, ya que se ha desvelado que el consistorio le habría abonado cerca de 40.000 por un concierto de tres canciones, en plena crisis económica tras la Covid-19.
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