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Un concierto «corpore insepulto»

La gala funeraria de Michael Jackson intenta reivindicar su disimulada negritud y todo su monumental talento musical, opacado por los escándalos y excentricidades que el rey del pop acumuló en su vida privada.

Fue como la noche de los Oscars pero con un ataúd recubierto de oro en el proscenio. Con alfombra negra en lugar de roja. Mucha vanidad enlutada y el mensaje -reiterado con ayuda de palabras, baile y todo un alarde musical- de que Michael Jackson ... era y será la mayor estrella posible en la historia del entretenimiento de masas. Todo un coreografiado esfuerzo por reivindicar su disimulada negritud y el monumental talento que el propio rey del pop logró eclipsar al vivir en un permanente estado de pubertad.

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