Kate Winslet firma un contrato con L'Oréal por el que no se podrán retocar sus fotos

«Puedo hacer cosas que son importantes para mí con la esperanza de que otras personas tomen ejemplo y puedan seguir estos pasos», contó al portal «E! Noticias» sobre su decisión. « Tenemos la responsabilidad de influir sobre las mujeres de las generaciones más jóvenes », dijo la actriz para hacer ver que siempre ha sentido que desde su posición puede intentar promover un mensaje de imagen corporal positivo para las jóvenes de todo el mundo. «Todos somos responsables de que las mujeres jóvenes crezcan fuertes mentalmente . Este tipo de cosas son importantes para mí y para conseguir ese fin».

«Creo que algunas mujeres de hoy se ven reflejadas en algunos personajes que ven en las revistas -añadió-. Ellas se identifican en otras mujeres que han tenido éxito en sus carreras y aparecen en las páginas de las revistas de moda y estilo de vida. Yo siempre quiero decir la verdad sobre lo que soy, y eso pasa por que las fotografías muestren una realidad».

No es la primera vez que Kate Winslet se muestra contraria a los retoques. Hace unos años, en una entrevista a Harper’s Bazaar, habló con orgullo de sus «evidentes arrugas». «Pero prefiero -dijo- ser una mujer que transmita ser “una mujer mayor” a parecer “una mujer que está buscando ser apedreada”».

Pero la protagonista de «Titanic» no es la única que se ha quejado de los retoques en sus imágenes. En España, hace tan solo unos días, Inma Cuesta denunció a través de las redes sociales que se habían retocado unas imágenes de ella más de la cuenta . La actriz publicó una imagen donde aparecían el antes y el después del photoshop. « Verte y no reconocerte », decía Cuesta. Y añadía: «Imagino que era necesario resaltar el azul cobalto del vestido, quitar algunos pliegues del mismo y subir los niveles de luz para hacer brillar más mi piel -dice-, pero no entiendo la necesidad de retocar mi cuerpo hasta dejarme casi en la mitad de lo que soy, alisar mi piel y alargar mi cuello hasta convertirme casi en una muñeca sin expresión». Así denunciaba que las imágenes publicadas en la revista mostraban un « sentido de la belleza absolutamente irreal ».