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«Sa-tis-faction»

El 7 de julio de 1982, los Rolling Stones santificaron España como destino obligado para las grandes bandas de rock. Aquel concierto del Calderón hizo historia

«Sa-tis-faction» archivo abc

iSABEL GUTIÉRREZ

En el verano del 82, múltiples glorias del rock aún pensaban que España no se merecía un concierto. Los de la Electric Light Orchestra (ELO) decían que de los Pirineos para abajo no pasaban; Alice Cooper nos veía como una panda de chiflados ( ... así lo confesó en una entrevista para "Blanco y Negro" varios años después ); y Lou Reed juró no volver a poner un pie en estas tierras bárbaras tras el desastre en el campo del Rayo Vallecano, en 1980. Claro que él tenía sus buenas razones (toma, y los demás, dirían los presentes): cuando salió demasiado tarde y demasiado colocado, el público asaltó el escenario y casi no le deja ni la púa de la guitarra. Hay quien asegura que, tras las cargas policiales, en los pasillos del metro de Puente de Vallecas vio a unos cuantos corriendo con los tambores de la batería cargados a las espaldas.

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