Las polémicas vacaciones de Cameron en Cascais

David Cameron, acompañado por su mujer Samantha y sus tres hijos, Nancy, Arthur y Florence viajaron al país luso el pasado sábado. Por desgracia para el premier, las horas de descanso y sol fueron más bien limitadas. El mismo domingo por la tarde voló a Glasgow para clausurar los Juegos de la Commonwealth. A principios de esta semana ha volado a Francia y Bélgica para acudir a las celebraciones del aniversario del estallido de la Primera Guerra Mundial y una vez completados los actos, ha vuelto a reencontrarse con su familia en Portugal para disfrutar del resto de vacaciones.

La organización del viaje y el hecho de que Cameron volase el sábado para regresar a Reino Unido tan sólo unas horas después ha sido duramente criticado. Desde la oposición sostienen que si hubiera pospuesto sus vacaciones unos días, les habría ahorrado a los contribuyentes miles de libras.

«¿Por qué no podía simplemente haber reservado sus vacaciones para después de estos acontecimientos, en lugar de gastar miles de libras de dinero de los contribuyentes yendo y viniendo?», comentó el diputado laborista Thomas Docherty. Su compañero, Steve Pound más incisivo bromeó con la posibilidad de que los asesores de Cameron no conocieran las fechas en las que se celebrarían los actos del centenario de la Primera Guerra Mundial.

Tras 10 días en Portugal, la familia reservará unos días para disfrutar de su tradicional descanso en las playas de Cornualles.

Las fotografías oficiales del verano de los Cameron, publicadas ayer, guardan un sorprendente parecido con las que se tomaron el pasado año. Parte de arriba azul marino, pelo peinado hacia atrás y la pareja señalando varias cajas de crustáceos en un mercado de mariscos en Cascais. El año pasado protagonizaban una instantánea muy similar en un mercado en Aljezur, a unos 200 kilómetros de distancia.

Parece que el equipo asesor de Cameron le ha encontrado el punto a tomar las imágenes oficiales del veraneo de los Cameron en los mercados de pescado.

Las vacaciones del premier nunca están exentas de polémica y estás no van a ser menos. Además de la polémica generada por las fechas, su estancia en Portugal coincide con la escalada de tensión entre israelíes y palestinos y la dimisión de una secretaria de Estado por la posición adoptada por el Gobierno hacia el conflicto.

Cameron parece que tiene un don especial para que su país siempre viva momentos críticos durante sus vacaciones. En 2013, su estancia en Ibiza se le atragantó con el asesinato a machetazos de un soldado británico a manos de un islamista.

Además, a menudo se le acusa de que se le da demasiado bien el relajarse bajo el sol en la playa. La pasada Semana Santa la pasó junto a su familia en Lanzarote y fueron fotografiados haciendo surf y tomando café. El pasado año viajó a Ibiza, Algarve, la isla de Jura en Escocia y Cornualles.