LOS DOMINGOS DE...
Estopa: «Somos fans del Papa Francisco»
Los hermanos Muñoz, inmersos en la gira de presentación de su último disco, «Esto es Estopa», dedican el séptimo día a unas tapas con los amigos, una comida con la familia y una tarde de fútbol
Estopa: «Somos fans del Papa Francisco»
«Un domingo sin currar es levantarse, llamarnos, quedar para tomar unas cañas, que en Cataluña las tiran muy bien, tapitas y comida superfamiliar y por la tarde si hay fútbol, mejor», recitan David y Jose ( Estopa ) en plan tanto monta, monta tanto. Están ... compenetradísimos desde que uno daba jabón a los platos y el otro se lo quitaba en el bar de sus padres, La Española, justo enfrente de la comisaría de policía de Cornellà.
Ahora viven en Esplugues de Llobregat, que sigue siendo puro cinturón industrial de Barcelona, vibrante y mestizo. Sus padres venían de Badajoz. Los dos hermanos Muñoz trabajaron en la Seat antes de meterse a músicos, y se dice que el nombre del dúo viene de los constantes gritos de «¡dadles estopa!» que profería el encargado de la fábrica.
Volviendo a sus vicios dominicales, en tal día se pirran por el pollo a l’ast, «que allí hay un sitio que los hacen muy, muy buenos». Como este debate acaece enfrente de la Puerta de Alcalá, estallan los fuegos artificiales: los catalanes trasplantados presentes, que somos unos cuantos, coincidimos con pasión en que a la conocida carencia de playa de Madrid hay que sumar una sorprendente atonía en lo que a pollos a l’ast se refiere, como te salgas de la ortodoxia de Casa Mingo .
Consulta en Cataluña
Así damos en hablar de la que está cayendo en Cataluña. Afirma David, y Jose asiente, que este tema «no nos quita para nada el sueño, tenemos amigos que votarían sí a la independencia y amigos que votarían que no». Qué duda cabe de que independentistas los ha habido siempre: «Había hasta en nuestra clase de EGB». Pero entonces, ¿qué es lo que ha cambiado? ¿Qué les ha dado de repente? «La crisis», razona David, «la crisis hace que la gente busque soluciones, mejor esta que otra». «Pero tampoco parece que los que proponen esto vayan mucho al grano de la cuestión…», se rasca Jose los apliques rasta. Su hermano coincide con un «¡qué va!». Bromean que si hay consulta será más bien «una encuesta», ya que todo el mundo tiene claro que legalmente vinculante no será. Y en su pachorra advierten por boca de David de que, pase lo que pase, ellos de Esplugues no se van, «vamos, que no nos sacan ni los geos, a mí me da igual que se declaren independientes o que nos invada Rusia, yo de mi casa no me voy».
Hartos de hablar de política, o de parecerlo, se centran en la ilusión por su nuevo disco , acústico y grabado en directo. Son quince canciones que compendian sus quince años de historia en la música, con una puesta en escena muy cuidada y muy bonita. Es un escenario de 360 grados rodeado de coches como un cine de verano, con el público entreverado y con los Estopa interactuando un poquito a la Albert Pla. Van a hacer 35 conciertos así en tres meses. Aterrizarán en el Teatro Apolo de Madrid con este invento a finales de junio.
Amigo Serrat
Y hay otras sorpresas en marcha. Resulta que Joan Manuel Serrat se apresta a cumplir los 50 años, que lo va a festejar con un selecto ramillete de buenos amigos y artistas versionando sus temas «y que él en persona nos ha pedido que nosotros cantemos su canción "Me’n vaig a peu", que la vamos a hacer en plan rumbita», se extasía David. Lógico porque todo en los Estopa, desde el tierno descaro cimarrón hasta la vocación vitalista y gozosa, les vincula al Noi del Poble Sec. Son en muchos sentidos sus herederos.
Su vida transcurre por ciclos de sacar disco y hacer gira, parar para descansar y componer y vuelta a empezar. A los tres meses de gira por España seguirán cuatro meses por la América Latina, donde tienen un éxito que les pasma a ellos mismos. Medio en broma, medio en serio, comparamos su caso con el plus de fervor que la Iglesia Católica registra en Iberoamérica, sobre todo desde que hay un Papa argentino. Y aquí David nos vuelve a sorprender con el siguiente alegato: «Oye, que nosotros somos fans del Papa». Jose trata de pararle un poco, de contenerle, pero su hermano va lanzado: «Que sí, que sí, que yo soy fan, fan, fan. I love Papa! Soy un ateo pero I love Papa, me encantaría conocerle».
¿Quién da más?
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