Ana Boyer: «Quiero estudiar en EE.UU, si la vida no me cambia de planes»

«Ha sido una experiencia apasionante, estoy encantada de haberme participado en este rally», comentó Rodríguez quien, entre otros, superó a tres hijos de Isabel Preysler : Julio José, Tamara y Ana. Pero esa no fue su única alegría. Durante la entrega de premios me confirmó que su tercer nieto , que nacerá en pocas semanas, es otro varón . «Aunque tendrá tres varones, mo me extrañaría que mi hija Amelia siguiera buscando una niña», señaló. Ana es feliz en su papel de abuela: «No hay cosa que más me guste que me llamen mis nietos por teléfono», reconocía.

También muy pegada al teléfono ha estado Ana Boyer estos días. Vivió la victoria de su chico, Fernando Verdasco , en la final de dobles del Torneo de Maestros en Londres a través del WhatsApp. Su cara lo dice todo cuando le pregunto por el tenista. En cuanto a sus planes profesionales, Ana dice que «me he tomado un año sabático antes de ponerme a trabajar». De hecho, ha viajado con sus amigas desde Filipinas a Estados Unidos , y ahora acompaña a Verdasco a los torneos. Pero la buena vida se le acabará en enero, que es cuando quiere incorporarse a una empresa de consultoría donde ha enviado su currículum. «Trabajaré dos años en consutoría y, después, quiero hacer un máster en Estados Unidos , si es que la vida no me cambia los planes», añade.

Y si hay un hombre feliz y cariñoso como pocos, ese es Manuel Díaz «El Cordobés» . No hay palabras para describir las muestras de cariño que este torero recibe por la calle. En Tenerife no habrá toros, pero al Cordobés se lo comían a besos. Aunque quedó segundo, se ganó a todos los asistentes. Espontáneo, cercano, solidario y luchador, este hombre levanta pasiones a su paso. Las madres le quieren adoptar y los hombres le muestran su respeto y admiración. Por eso, cada día entiendo menos a Manuel Benítez «El Cordobés». Perderse la cercanía de una persona así , que además ha seguido sus pasos en el mundo del toro, es obcecarse en una postura que sólo puede traer sufrimiento. Como me comentó su hijo han coincidido dos veces en su vida: una en el bar de unos amigos de Córdoba y otra en el AVE a Sevilla. En esas dos ocasiones se quedó tan helado al ver a su padre que no pudo ni reaccionar. Benítez, no sabes lo que te pierdes.