Entrevista
Charisse Verhaert: «Isabel Preysler es como una madre para mí»
Seis meses después de casarse con Julio Iglesias Jr., la modelo habla de toda su familia política, con la que se lleva muy bien
marina pina
Charisse Verhaert era en los photocalls una belleza rubia que siempre posaba, sonriente, de la mano de su marido, Julio Iglesias Jr. A él le entrevistaban y ella escuchaba atenta sin soltarle. Sin embargo, esta semana la nuera de Isabel Preysler ha aparecido sola en ... una promoción, como imagen de la marca de dentífricos Oral B, para responder, muy amable, a las preguntas de los periodistas.
Pese a contar con una traductora a su lado y a que Isabel Preysler y Miguel Boyer —«cuando estamos en Madrid siempre nos quedamos en su casa», cuenta— siempre la hablan en inglés, Charisse entiende a la perfección el español y utiliza expresiones como «Ni fu ni fa». El martes estaba recién llegada de Alemania, es allí, además de en Francia y en Bélgica donde trabaja como modelo. Pese a ello y a que su familia y la de su marido viven en España y Bélgica, ellos prefieren seguir a caballo entre Miami y Key West, donde tienen sus dos viviendas. «Julio y yo viajamos mucho, pero aún pasamos más tiempo en Miami que en Europa. Tratamos de estar juntos el mayor tiempo posible».
Dice que tras seis meses de matrimonio no ha cambiado nada en su relación, «sólo hay más sensación de familia». Asegura que la convivencia con Julio es maravillosa, que ella cocina —«lo que mejor hago es la pasta»— y que él se encarga de las labores masculinas: «Es muy manitas, también saca la basura, hace el jardín...», comenta. Esa organización y el pasar poco tiempo juntos puede ser el truco para llevarse tan bien: «Casi nunca discutimos. En lo único que no estamos de acuerdo es que, cuando estamos en Miami, yo prefiero quedarme en casa y a él le gusta viajar».
Familia unida
Parece que Julio José es el más familiar de todos los hermanos, porque Charisse asegura que ven a toda la familia. A casa de Julio Iglesias y Miranda van a menudo: «Viven juntos, a veces en Miami y otras en Punta Cana. Mi marido se lleva muy bien con sus hermanos pequeños porque está como una cabra y le encanta jugar con ellos». También son frecuentes las visitas a Chábeli, no en vano la describe como «la mejor cocinera del mundo»; y de Enrique no dice nada. De sus «hermanas políticas» residentes en Madrid, Tamara es con la que mejor se lleva por ser la más cercana en edad. Respeta su vocación religiosa y ella se define como católica no practicante: «pero cuando tenga hijos los bautizaré».
De momento los vástagos no llegan. Ella, que tiene 30 años, dice que prefiere esperar: «Sé que las mujeres no tenemos todo el tiempo del mundo, espero tener familia en tres años». Y cuando los niños lleguen, espera ser como su madre —«darles libertad para que se equivoquen»— y hablarles como a ella le habla la reina de corazones: «Siempre que estoy preocupada puedo charlar con Isabel y me da grandes consejos, ella es como una madre para mí».
Charisse Verhaert: «Isabel Preysler es como una madre para mí»
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