A ESTA ALTURA

Al toro por los cuernos

Ante el temor de no saber cumplir como debía, intenté dar un quiebro, pero me paró un Vitorino

marta barroso

Me enfrentaba a una dura faena. En tan solo dos horas debía lidiar con mi ignorancia en materia taurina para salir airosa en una plaza llena hasta la bandera de insignes personajes relacionados, de una manera u otra, con el mundo del toro. ... Ante el temor de no saber cumplir como debía, intenté dar el quiebro en el último momento, pero me encontré de frente con un Vitorino que me paró los pies como es debido. De «espantás, ná». A cumplir como es debido.

Pensé en mi añorado padre, tan aficionado al arte del toreo, y la fuerza de su recuerdo fue suficiente para ponerme el mundo por montera y arrinconar mi vergüenza torera en un rincón de mi alma. Con él, siempre al quite, me dispuse a hacer el paseíllo para formar parte de la gran fiesta del toro que se celebraba en la casa de ABC , donde el ganadero más bravo, Victorino Martín Andrés, iba a recibir el V Premio Taurino ABC . Cargué la suerte, que estuvo a mi lado, y pasé una noche inolvidable en la que me codeé desde la barrera con los más sabios representantes del universo taurino. Profesionales y aficionados. Sin cambiar de tercio. Hablando del toro. Con templanza. Asomada al balcón y con los machos bien atados. Pasando del toro bravo al toro estático. Como el de Osborne, del que vivo permanentemente enamorada. Bendito animal. Qué hermosura. Tiene duende, emociona. Un toro de bandera. Marca España, sin duda. Como los otros, los de verdad. Marca España . Aunque a algunos les duela, que de eso sí que entiendo.

Y soy una mujer pasional. Que cuando ama, ama de verdad. Como a mi país. Como a mi familia. Como a mi marido. Como a los dos hombres que conocí esa misma noche de martes. De castas y edades bien diferentes. Uno traspasa los ochenta y otro no alcanza los cuarenta. Primeras espadas. De la abogacía y del toreo. Pero eso es lo de menos. Lo de más, su calidad humana . Por eso merece la pena mentarlos. Desde entonces mi corazón late por partida triple. Lo sabes, querido. No soy una mujer de dobleces. Me retiro a tiempo. ¡Qué es un farol! A ver si me vas a dar la puntilla. Música, maestro.

Al toro por los cuernos

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Tres meses 1 Al mes Sin permanencia Suscribirme ahora
Opción recomendada Un año al 50% Ahorra 60€ Descuento anual Suscribirme ahora

Ver comentarios