Terapia de grupo
Cuatro mujeres. O cinco, o seis. El caso es realizar una actividad juntas sin hombres por medio
MARTA BARROSO
Cuatro mujeres. O cinco, o seis. El caso es realizar una actividad juntas sin hombres por medio. Este es el quid de la cuestión. La diferencia. ¿Por ejemplo? Un partido de pádel, sinónimo a terapia de grupo . Porque hay que ver lo que ... ayuda. Qué desahogo. Hablas, te escuchan, comentas. Desde que llegas. Poco calentar y mucho conversar. Hay que ponerse al día. Entras en pista y peloteas, por llamarlo de alguna manera. La charla continúa ( ¿se imaginan a cuatro hombres en la misma situación? «Qué pasa tío». «Bien, ¿y tú?». «Bien». «Ya». «Sí». Y no se dirigen la palabra hasta que acaban. «Hasta luego tío». «Adiós»). Nosotras necesitamos hablar. Y lo hacemos de repente, sin pensar, entre punto y punto ¿Qué más da? Una pregunta algo a otra y el resto se acerca a la red. Todo es importante. Hasta que la sensata exclama: «qué horror, vamos a seguir, es tardísimo». Surge el problema. «¿Cómo íbamos?». «Treinta nada», apunta una con total seguridad. «¿Pero qué dices? Si acabamos de empezar». Nos miramos, extrañadas, y decidimos comenzar de nuevo. El problema se agrava. «¿Quién estaba sacando?», preguntan las cuatro al unísono. «Ni idea», dice, precisamente, la que estaba sacando. Estamos fatal .
Entonces visualizas a la de enfrente y descubres que te apasiona la falda que lleva. «Qué mona la falda, ¿de dónde es?» (¿se imaginan a ellos diciendo «qué pantalón tan ideal, ¿dónde lo has comprado?»). Momento ropa y volvemos al juego . Entonces retumba el sonido de un móvil. Frenamos y cual estatuas, escuchamos. Nervios. Cuando la propietaria descubre que es el suyo, salta como una poseída, se agita y reza para que no sea nada importante (ellos, por supuesto, ni conectar el móvil. Total, si pasa algo, estamos nosotras). Por último, lo malo. No estás dando bola y empiezan a oír diminutivos cariñosos. «Venga Martuchi, que lo estás haciendo genial». La quieres, pero la odias. Sabes que no. « Qué puntazo Martix» . Mentirosa. Entonces termina el set, se miran, te miran y oyes lo que nunca quieres oír. «¿Queréis que cambiemos de pareja?»
P.D. Para «Merce», «Domi» y «Martis», del equipo GdeM. Por su bondad, por su paciencia, por su lealtad. Gracias queridas.
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