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Mozart y las codornices

Lucio Lúculo gozaba en su época fama de reconocido gastrónomo. Riquísimo por los botines de guerra, sus banquetes eran célebres

Mozart y las codornices abc

cristino álvarez

En 1770, cuando estaba a punto de cumplir quince años, Wolfgang Amadeus Mozart estrenó, en el Teatro Regio Ducale, de Milán, su ópera «Mitridate, Re di Ponto», basada en un episodio de la vida de Mitrídates VI Eupator. Este Mitrídates pasó gran parte de su vida guerreando contra Roma. Uno de los generales que tuvo enfrente fue Lucio Licinio Lúculo… que gozaba en su época, y goza ahora, de fama de reconocido gastrónomo . Riquísimo a fuerza de botines de guerra, sus banquetes eran un auténtico lujo.

En una ocasión, Cicerón dudó de que Lúculo comiese siempre así y le desafió a que organizase esa misma tarde una cena para los amigos . Lúculo solo pidió poder avisar a sus sirvientes para que preparasen una determinada estancia de su casa (el salón Apolo); éstos sabían cuánto habían de gastar en la cena… según la sala en la que se ofreciese, y esta era de las caras. Había truco.

Pero es que en una ocasión, Lúculo encontró demasiado frugal la cena que le habían dispuesto y, como el cocinero se excusase arguyendo que esa noche no había invitados, sentenció: «Debías saber que hoy Lúculo come en casa de Lúculo» .

Codornices con veraniegas frutas

«La casa de Lúculo» (1929), del gallego Julio Camba, es una de las cumbres de la literatura gastronómica española . En honor de todos los citados, y dado que se atribuye a Lúculo la introducción de las cerezas en Europa occidental, nos haremos unas codornices con esas veraniegas frutas.

Limpias y descuartizadas las codornices necesarias, pasen muslos y pechugas por harina fuerte y háganlos en la sartén, dejando curruscantes los primeros y jugosas en su interior las segundas . Deshuesen las cerezas y, en una sartén pequeña, pónganlas con un poco de mantequilla y un chorrito de kirsch. Háganlas un par de minutos, para evaporar el alcohol y caramelizar un poco los jugos, y sírvanlas con las codornices. Un bocado, literalmente, para Lúculo.

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