Grecia espera a la Reina Sofía

Ahora tendrá todo el tiempo que le permita su agenda, que será más reducida, para volver a su patria. Pero, pese a que Doña Sofía lleva viviendo en España más de media vida, una parte de su corazón siempre permaneció en Grecia . «¿Cómo estará Sofi ahora?». Esta es la pregunta de quienes la conocen y la quieren desde la infancia. La llamaron siempre «Sofi» en privado y «Alteza» -después Majestad- en público. Sigue en contacto con todos ellos, antes por carta y por teléfono, ahora por email y por el móvil. Se entera de todo lo que les pasa y no se olvida de un cumpleaños, un aniversario o un pésame. Aunque muchos no se atreven a llamarla por no molestarla después de lo publicado sobre la Familia Real española, porque la Reina es cariñosa, cordial y le encanta hacer preguntas, pero, eso sí, pocas confidencias.

En todo viaje, público o privado, su llegada es siempre discreta. Si permanece en Atenas, se hospeda en el hotel Grande Bretagne de la plaza de la Constitución si la invita el Estado griego. Si no, en la última planta del reformado Hilton, unas manzanas más lejos. Sus amigos la van a ver en cualquier momento libre de su programa, se reúnen en el restaurante Byzantine o la invitan a casas particulares… También al restaurante de moda, que cambia según los años.

Si tiene tiempo, se escapa de compras (y sí, tiene monedero y paga ella personalmente), adquiere recuerdos para hijos y nietos, y libros, muchos libros. Le gusta ir a los establecimientos que ya existían en su infancia y adolescencia, como la librería Eleftherudáki, ahora en la calle Panepistimíu, pararse en la farmacia Vizás, en el barrio de Kolonaki, o tomarse un café con amigas en una de sus concurridas terrazas. Fuentes del Ayuntamiento de la ciudad cretense de Iráklio lamentan que no podrá inaugurar ahora la exposición «Theotocópulos entre Venecia y Roma», organizada por el Museo Histórico de Creta y el propio ayuntamiento en la tarde del 19 de junio, el día de la proclamación de su hijo. Pero todos la esperan en otoño en Atenas, con nuevas exposiciones sobre el IV Centenario de la muerte del Greco.

Otras visitas han sido por razones de deporte: estuvo presente en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Atenas en 2004, animando a deportistas españoles. También están las visitas familiares: las más tristes, como el entierro de su madre, la Reina Federica, en 1981 (una visita relámpago de pocas horas y gran tensión debido a los problemas de su hermano, exiliado entonces en Londres, con el Gobierno heleno). Y las alegres, como la boda de su sobrino, el Príncipe Nicolás, en la isla de Spétses, o la de su sobrina Olga con Aimone de Aosta Saboya, en la isla de Patmos. La última visita se produjo el pasado mes de marzo, al cumplirse los 50 años del fallecimiento de su padre, el Rey Pablo , al que estuvo siempre muy unida.