Especial bodas 2013: Una celebración única en Aldea Santillana

Situado en la ribera del embalse del Atazar, en Mangiron, Aldea Santillana tiene todo el encanto que necesita una boda. Los diferentes salones abovedados y el aspecto señorial del lugar harán que los invitados queden más que sorprendidos con la presentación. No existen límites. Desde la primera reunión con los novios se realiza una primera visita a las instalaciones, durante la cual se les pregunta «sobre sus deseos, sobre cómo se imaginan su boda, lo que les gustaría ver y hacer», nos cuenta uno de los responsables de Aldea Santillana, Fernando Armendáriz.

Tras esta primera aproximación, se realiza un dossier completo , de unas 23 páginas, en el que se detallan todas las posibilidades. Este dossier se envía pasados unos cuatro días de la visita, y en él se especifican absolutamente todos los detalles, por mínimos que sean, incluidos en el presupuesto.

Y la variedad es enorme. Fernando nos cuenta que quizás la boda más peculiar de las que hasta ahora ha celebrado en Aldea Santillana fue tan solo para dos personas . «los novios vinieron desde Galicia, y supuestamente la novia no sabía nada, era una sorpresa». La pareja, nos relata, había visitado ya aldea Santillana y ambos habían quedado impresionados con las instalaciones y la finca. «El novio quiso dar una sorpresa a la novia, que no tenía ni idea de que se iba a casar. Le dio la gran sorpresa. Se casaron con alcalde y todo».

Pero aparte de bodas tan especiales como esta, por lo general las parejas se decantan por celebraciones más tradicionales . Según Fernando, en el banquete «no faltan los clásicos, como un primer plato de pescado, un sorbete de cambio de sabor, carne y postre». Lo que sí parece que se ha pasado de moda son los «espectáculos» que antes acompañaban a los banquetes, como el corte de liga de la novia, la tradición de repartir trocitos de la corbata del novio, y esas cosas».

Sí está tomando cada vez más importancia la presencia de espacios «chill-out», pero en general las tradiciones se siguen conservando.

En cuanto a las particularidades de Aldea Santillana para celebrar una boda, existe, por ejemplo, la posibilidad de «disponer de un mayordomo, en el sentido más estricto, durante las 24 horas, siempre al lado de los novios». Esta persona se encarga de ir indicando a los novios todo lo que va a suceder durante la celebración, como «ir indicando que pasen al vestíbulo, o decir a los invitados que vayan pasando a los diferentes salones».

En cuanto a la gastronomía, las cocinas de Aldea Santillana beben de la tradición para crear un gran número de platos y menús adaptados a los gustos y necesidades de los novios y de los invitados.

Aldea Santillana toca sus platos con ciertos guiños a la c ocina más vanguardista explotando el arte de la cocina ancestral para adaptarla a los cánones culinarios actuales, con unas puestas en escena en las mesas que no pasarán desapercibidas por su espectacularidad y buen gusto.

La personalización del menú hace que tenga un toque personal, al igual que el resto de la celebración. A todo esto hay que sumar unos bufets de diseño junto a aperitivos y cocteles más que originales en su ejecución.

Además Aldea Santillana también tiene su riqueza histórica , lo que convierte la celebración de una boda en este paraje en algo único e irrepetible. Aldea Santillana se compone de 600 hectáreas con diferentes espacios, edificios, capilla y palacios. El conjunto data del siglo XIV.

Hospicio de reyes y marqueses, el lugar aun mantiene el toque señorial que siempre lo caracterizó sirviendo como punto de descanso de algunas personalidades que viajaban por estas tierras.

Su reconstrucción en el siglo XIX brinda lo que es la actual casa-palacio. Un lugar emblemático y cargado de historia y leyendas en las que aún se conoce la capellanía y la antigua ermita, cuyos vestigios se conservan junto al pozo.