Láser ginecológico: rejuvenecimiento vaginal y mucho más

Según explicaron durante una rueda de prensa para conmemorar este aniversario, el ginecólogo Jackie Calleja, director médico del centro Bmum, y el doctor Pablo Gonzáles Isaza, experto en uroginecología, hasta 85 publicaciones científicas avalan la eficacia de esta tecnología, mínimamente invasiva, que no solo resuelve problemas funcionales que afectan a la salud íntima de la mujer, también mejora su calidad de vida.

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Araceli Nicolás

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Contrariamente a lo que se pueda pensar, las alteraciones en la vagina no solo se producen a partir de la menopausia, los partos vaginales o ciertos tratamientos médicos, como la quimioterapia, también pueden provocar incontinencia urinaria, sequedad en la vagina y dolores durante las relaciones íntimas. El láser, según explicaron los expertos, ayuda a recuperar la funcionalidad de la zona vulvovaginal, favoreciendo la producción de colágeno nuevo y regenerando el ya existente, e incrementa la vascularización sanguínea y permeabilidad de las mucosas, creando una regeneración vulvovaginal, que permite la recuperación de la funcionalidad, la elasticidad y la lubricación de la vagina.

Elizabeth García Bonome, directora médica de la Clínica Bonome, explica que «el tratamiento con láser ginecológico es un procedimiento no quirúrgico, que ayuda a mejorar diversos problemas como la atrofia vaginal, común en mujeres posmenopáusicas, y que puede causar sequedad, irritación y molestias durante las relaciones sexuales; la laxitud vaginal, provocada por el parto o el envejecimiento, algo que afecta a la calidad de vida y la satisfacción sexual; la incontinencia urinaria, por el debilitamiento de los músculos del suelo pélvico; el prolapso vaginal (el debilitamiento de los tejidos pélvicos puede causar que los órganos pélvicos, como la vejiga, el útero o el recto, se desplacen de su posición normal); o el síndrome de irritación del tracto urinario inferior (ITUI), que puede provocar síntomas como frecuencia urinaria, urgencia urinaria, dolor o molestias al orinar».

Según la doctora Elizabeth García Bonome, «el láser vaginal funciona a través de la emisión controlada de energía láser en la mucosa vaginal y en los tejidos circundantes. Sus beneficios son diversos, por una parte, estimula el colágeno. El láser emite luz láser de forma controlada, calentando las capas internas de la mucosa vaginal. Este calor controlado estimula la producción de colágeno en los tejidos vaginales, fortaleciendo y revitalizando la estructura de la mucosa y los músculos. También rejuvenece los tejidos, al aumentar la cantidad de colágeno en la mucosa vaginal. Esto puede revertir la atrofia vaginal y mejorar la elasticidad, la hidratación y la vascularización de la zona. Y, finalmente, provoca un tensado. El calor generado por el láser también puede provocar contracción y tensado de los tejidos, lo que mejora la laxitud vaginal y ayuda a recuperar la firmeza y tonicidad de la vagina».

En el caso del tratamiento con MonaLisa Touch, el tratamiento solo dura entre 5 y 10 minutos, y se necesitan 3 sesiones, una al mes, o cada 6 semanas. Después se recomienda otra anual, para mantener los resultados. Es un tratamiento ambulatorio, es decir, no requiere hospitalización, es mínimamente invasivo, no necesita anestesia y es indoloro. Sí hay algunas recomendaciones como no mantener relaciones sexuales con penetración vaginal en las 48 horas posteriores al tratamiento, y evitar realizar ejercicio físico muy intenso el mismo día de la sesión. Por lo demás, se puede realizar vida normal.

En general, este procedimiento no tiene efectos secundarios, aunque en algunos casos se puede producir un leve sangrado, ligero ardor transitorio o una mayor cantidad de flujo en los días siguientes, según los expertos.

En algunos casos, la doctora García Bonome, puede recomendar «el uso de productos hidratantes vaginales o lubricantes para ayudar a mantener la comodidad y la salud vaginal, además de evitar el uso de saunas, piscinas y jacuzzis en los días posteriores al tratamiento».