La Faena II: un garaje, la mejor sala de conciertos de Madrid

Aunque solemos ir a conciertos de todo tipo , ninguno de los dos había oído hablar de aquella sala. «Nos vemos en la puerta», dijimos. Así que me apunté la dirección y fui. Cuando llegamos, allí no había absolutamente nada. Ni sala de conciertos, ni bar, ni nada de nada. Dudamos de si habíamos apuntado bien la dirección y, cuando ya nos dábamos por vencidos, alguien se acercó a la puerta de un garaje (nada especial, la típica puerta de garaje como hay miles en Madrid) y llamó. Al rato, alguien abrió y preguntó: «¿Vienes al concierto?».

¡Leches!, pensé, y a los pocos minutos pude comprobar que había descubierto la mejor y más auténtica sala de conciertos de Madrid. La que mejor suena, en la que más a gusto se siente uno, la que con más amor prepara sus eventos y a un precio más asequible, teniendo en cuenta la calidad y variedad de sus grupos. Todo basado en una filosofía absolutamente DIY («Do It Yorself»/«Hazlo tú mismo» ).

Entrar en aquella primera versión de La Faena (de la segunda, a la que deberían ir ustedes este mismo fin de semana, hablamos a continuación) fue toda una experiencia en sí misma, más allá del concierto. Adentrarme en aquel garaje, con su moto, sus herramientas, sus trastos por ahí desperdigados y descubrir al final de una rampa un pequeño espacio perfectamente preparado y cuidado para un concierto, fue increíble. Pero lo más increíble de todo –más allá de la nevera ubicada en una esquina con latas de cerveza a 1,5 euros – es que sonaba mejor que cualquier otra sala de conciertos de Madrid.

La Faena II, la que nos ocupa aquí, ha cambiado de ubicación a un callejón sin salida en la calle Alfonso Gómez nº 5 , cerca del metro Suanzes. Sigue siendo un garaje un poco mayor, donde, entre los coches, han habilitado otro especio en el que sigues encontrando el mejor sonido de la capital y en el que mantienen su nevera con sus cervezas a 1,5 euros y un espacio para que los grupos vendan sus discos y maquetas.

Por supuesto, no hay ninguna marca que patrocine el local. Todo está gestionado con dedicación y amor hacia la música por el colectivo Brama Argh , y a los mandos del sonido se encuentra Javier Ortiz, dueño de Estudio Brazil , donde han grabado cientos de bandas.

Sin ningún ánimo de lucro, todos los gastos se sufragan con el dinero que sacan de las cervezas y las entradas, que suelen estar entre los 4 y los 10 euros , nunca por encima. Un precio más que asequible para ver a buenas bandas de rock, folk, metal, pop, todos los post habidos y por haber y hasta propuestas de lo más experimentales, procedentes de todos los rincones de Europa , América , España o, incluso, Japón . La verdad es que hacía falta un espacio así en Madrid.

Hoy viernes, por ejemplo, actuarán una banda de Madrid (Ulises Lima) y otra de Málaga (Shonen Bat) por sólo 5 euros. Y mañana Bandini , por el mismo precio. Pero si no le convence, este mismo mes podrá ver a la banda neoyorquina Bee and Flower , que ha colaborado con artistas tan dispares como Nick Cave o Iggy Pop , o al músico y poeta de San Francisco Pete Simonelli .

Uno se piensa que estas cosas sólo pasan en Londres, Nueva York o Berlín, pero sepan ustedes que en Madrid también pasan cosas a veces. Sin ir más lejos, en el barrio de Suanzes , que no está tan lejos.