Vox se prepara para volver a las urnas en Extremadura y la Región de Murcia
El partido de Santiago Abascal ve complicada una solución en ambas comunidades y culpa a las distintas almas del PP
Los populares opinan que no se puede pedir lo mismo en todas las autonomías y que hay que tener en cuenta los votos
María Guardiola: «En el PP caben todas las sensibilidades, pero no Vox, están en otro sitio»
El laberinto de pactos entre el Partido Popular (PP) y Vox se complica. Tras la constitución de la Asamblea de Extremadura, donde la izquierda se hizo con la Presidencia y el control de la Mesa por la guerra total en la ... derecha, el horizonte prometedor que dibujaron los comicios del 28M se emborrona. Ahora resuenan los tambores de un nuevo paso por las urnas, que en algunas comunidades parece inevitable.
Vox ya se prepara para ese escenario, según ha podido saber ABC. En el entorno de Santiago Abascal se resignan a una repetición electoral que querrían evitar, pero que asumen como cada vez más probable en distintos territorios como Extremadura y la Región de Murcia. En la formación derechista creen que las palabras de la candidata popular extremeña, María Guardiola –que este miércoles insistió en una entrevista en ABC en que no gobernará con Vox en ningún caso–, cierran la puerta a un pacto. «No se me ocurre otro camino», admitía una persona de la máxima confianza de Abascal en conversación con este diario.
Guardiola mantiene sobre la mesa la oferta que le realizó a Vox con quince puntos programáticos y la cesión de un senador por designación autonómica –la Presidencia y una de las secretarías de la Asamblea extremeña, que ya han recalado en la izquierda, han salido de la ecuación–, pero los de Abascal rechazan cualquier vía que no pase por gobernar en coalición. El precedente de Andalucía y la Comunidad de Madrid, donde Vox denunció el incumplimiento de sus acuerdos de investidura con los populares, está siempre presente en las filas derechistas.
La candidata del PP a presidir la Junta de Extremadura garantizó en la entrevista con este periódico que no cederá «nada que tenga que ver con entrar en gobierno». Vox, que incide en público y en privado en que no le obsesionan «los sillones», sino «las políticas», contesta no obstante que la única forma de asegurar el cumplimiento de las promesas ajenas es tener consejeros propios en las reuniones del futuro Ejecutivo regional. Así, como dos trenes que se acercan el uno al otro hacia un choque frontal, el PP y Vox se aproximan a la colisión sin ninguna gana de accionar el freno.
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ContinuarEl órdago de Guardiola fue tan lejos que la dirigente popular aseguraba que, si finalmente había pacto con Vox para gobernar en su comunidad, ella no estaría en ese hipotético ejecutivo. Una declaración de intenciones que aboca a Extremadura a unas nuevas elecciones, con el consiguiente peligro para sus intereses.
Sin cambios
Aun así, en el PP creen que una repetición electoral no tendría que rebajar los resultados obtenidos el pasado mes de mayo. Al contrario. Fuentes del partido consultadas por ABC entienden que el discurso centrista protagonizado el martes por Guardiola –que tuvo repercusión en todos los medios de comunicación– podría atraer al votante de izquierdas desencantado tras años de gobiernos socialistas sin que la región haya abandonado la cola económica del país.
Desde la sede nacional de Vox, en el número 12 de la madrileña calle de Bambú, culpan de la situación a las distintas almas del PP. «Lo raro es que ellos pueden en la Comunidad Valenciana y Baleares, pero no en Extremadura». Ocurre igual en la Región de Murcia, donde opinan que lo sucedido en la constitución de la Asamblea autonómica, cuando los populares no cedieron votos a Vox para que pudiese tener un puesto en la Mesa, aboca también a unas segundas elecciones.
«Guardiola vierte mentiras sobre nosotros y contribuye a la demonización de Vox que lleva perpetrando la izquierda hace mucho tiempo (...). Dijimos a nuestros electores que no éramos el coche escoba del PP y que no íbamos a traicionar su confianza… y así ha sido y hay quienes no lo entienden», sostuvo este miércoles Abascal, en una entrevista en Canal Sur Radio, justificando la posición de su formación.
«Dijimos a nuestros electores que no éramos el coche escoba del PP y que no íbamos a traicionar su confianza», dice Abascal
Vox reitera que aún tiene la mano tendida, que la mantendrá de hecho hasta el final, hasta el último día en que sea viable una investidura, pero también sostiene que para la «alternativa real» que quiere y se comprometió a construir es necesaria su presencia en los gobiernos regionales.
Alberto Núñez Feijóo, presidente nacional del PP, tomó este miércoles la palabra para defender a su líder en Extremadura. «Creo que el PP es un partido que tiene principios y, cuando decimos que algo es desproporcionado y que va en contra de los votos obtenidos en las urnas, lo cumplimos», señaló el dirigente, que pidió mayor independencia para que las decisiones de las comunidades se tomen en las comunidades. «No comparto que los dirigentes nacionales vengan a rectificar en todo o en parte las conversaciones que se estaban manteniendo entre los dirigentes autonómicos. Son ellos los que tienen que llevar el protagonismo de las conversaciones para constituir las mesas de los parlamentos y de los gobiernos», dijo.
Investidura de Ayuso
Murcia y Extremadura no son las únicas regiones donde el PP y Vox están condenados a entenderse para evitar unas nuevas elecciones. En Aragón, el popular Jorge Azcón tiene ya sobre la mesa las piezas del rompecabezas para lograr su investidura, pero ninguna encaja por el momento. La constitución de las Cortes aragonesas, prevista para mañana, obliga a una primera sentada entre los cuatro partidos implicados en el futuro Gobierno de Aragón. La única condición necesaria para Azcón es lograr la abstención de Vox y para ello quiere jugar, al igual que ocurrió en Baleares, con el ofrecimiento de la Presidencia o la Vicepresidencia de la Mesa a Vox. Un extremo que no gusta en ninguna de las dos formaciones regionalistas inmersas en la negociación, Partido Aragonés (PAR) y Teruel Existe, aunque «por algún lado tienen que ceder», señalan fuentes populares consultadas por ABC.
En su caso, la importancia pasa por el acuerdo programático en el que ya se está trabajando y que tiene como punto fuerte el trasvase del Ebro. El PAR quiere que se refleje por escrito que no se va a llevar a cabo como premisa para votar que sí en la investidura. Más complicado será lograr la abstención de Vox, que, como en el resto de territorios donde sus votos son decisivos, exige entrar en el Gobierno regional para favorecer su investidura. Desde el PP no descartan que pueda ser así, pero la «idea principal es gobernar en solitario», señalan.
Para Feijóo, «son los dirigentes autonómicos los que tienen que llevar el peso de las conversaciones»
En la Comunidad de Madrid, el resultado electoral del PP les ha permitido anular a Vox. Tras una legislatura (2019-2021) en que fueron socios de investidura y otra (2021-23) en que se consideraban socios preferentes, la relación entre Isabel Díaz Ayuso y Rocío Monasterio terminó como el rosario de la aurora, cuando Vox le tumbó los presupuestos de este año a la presidenta madrileña.
Las urnas del 28M han dado a Ayuso una amplia mayoría que hace irrelevante a Vox. Y las políticas de la presidenta madrileña, adelantadas este miércoles en su discurso de investidura, copan buena parte del espacio ideológico de Vox: ayudas a la familia y a la natalidad, protección de la objeción de conciencia ante eutanasia y aborto, modificación de la ley trans y rebajas fiscales, informa Sara Medialdea.