Vox busca ser el nexo entre los partidos de la derecha más radical en la UE
Logró reunir en el Viva 24 a sensibilidades tan diferentes como las de Marine Le Pen y Giorgia Meloni
Vox recrudece su discurso contra el PP en la antesala de las europeas
El presidente de Vox, Santiago Abascal, junto a la diputada francesa Marine Le Pen en el Viva 24 en el Palacio de Vistalegre de Madrid
Las elecciones al Parlamento Europeo están habitualmente contaminadas por los debates nacionales. En España, será difícil abstraer la campaña electoral para el 9 de junio de los pactos de Pedro Sánchez para mantenerse en el Palacio de la Moncloa, del debate ... sobre los negocios de su mujer o de la ley de amnistía que la próxima semana quedará definitivamente aprobada por las Cortes Generales.
Sin embargo, Vox tiene la mente puesta más allá y, además de las críticas a todos los demás adversarios políticos, hace hincapié en la trascendencia que tendrá para los españoles la próxima configuración del Parlamento Europeo y, por extensión, la próxima Comisión Europea. Los de Santiago Abascal son conscientes del peso en Bruselas de algunas de sus banderas políticas, como la inmigración ilegal, el sector primario o la política energética, y por ello conceden mucha importancia al resultado que arrojen las urnas dentro de dos semanas.
Pero la relevancia no es solo en el reparto de los 61 escaños que se deciden en España; para Vox es determinante también el peso que obtengan sus aliados o fuerzas de la derecha europea en esta cita electoral. En la última legislatura, los partidos a la derecha de los populares se han dividido en dos grupos parlamentarios. El primero es el de los Conservadores y Reformistas (ECR), en el que está Vox junto a otras formaciones como el polaco Ley y Justicia o los Fratelli d'Italia de Giorgia Meloni. El segundo grupo, Identidad y Democracia (ID), ha agrupado a formaciones más radicales como la Agrupación Nacional de Marine Le Pen, La Liga de Matteo Salvini o el neerlandés Partido por la Libertad de Geert Wilders.
Hasta ayer mismo también formaba parte Alternativa para Alemania, que fue expulsado tras unas declaraciones de su candidato sobre los nazis. «Nunca diré que cualquiera que llevase un uniforme de la SS era automáticamente un criminal», dijo su número uno, Maximilian Krah, unas palabras por las que tuvo que dimitir del comité ejecutivo federal de su partido y apartarse de la campaña. Además, provocó que tanto Le Pen como Salvini dijeran que no querían seguir compartiendo espacio en Bruselas con Alternativa para Alemania y que finalmente el partido haya sido expulsado de ID.
El pegamento de Vistalegre
En este revuelto escenario, Vox logró reunir el pasado fin de semana a varios de estos actores en un mismo acto, el Viva 24 celebrado en el Palacio de Vistalegre de Madrid, célebre por las palabras del presidente de Argentina, Javier Milei, sobre Begoña Gómez que han desembocado en todo un conflicto diplomático. En cualquier caso, la coincidencia que más llamó la atención fue la de Marine Le Pen con Giorgia Meloni, aunque esta última no viajó a Madrid y conectó en directo desde Roma. Durante los últimos meses han sido varios los encontronazos entre ambas dirigentes, que también chocan en políticas de fondo como la OTAN o Rusia.
Sin embargo, Vox mantiene buenas relaciones con ambos partidos y pretende hacer de nexo entre ellos más allá de las diferencias. A las dos Abascal se dirigió como «amigas» y les agradeció su papel en Francia e Italia. También consiguió que participaran en su convención política miembros del Partido Republicano de Estados Unidos, un ministro israelí o el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán.
El fin de semana, las más de 10.000 personas que llenaron Vistalegre esperaban expectantes mensajes con los que poder abuchear a Pedro Sánchez o jalear a sus líderes, pero más allá de eso el discurso de Abascal sobre el escenario estuvo plagado de alusiones a la necesidad de cooperación en Europa para desbancar a los socialistas del poder.
Los de Abascal comparten grupo en la Eurocámara con partidos como Fratelli d'Italia o el polaco Ley y Justicia
No ajeno a las diferencias entre sus invitados, el líder de Vox no escatimó en llamadas a la cooperación ante el creciente peso en el Parlamento Europeo que les auguran todas las encuestas. «Qué gusto ver aquí a tantos partidos, asociaciones y movimientos distintos pero que pelean contra las mismas amenazas –dijo Abascal en los minutos iniciales de su intervención–. Y por sufrir esas amenazas estamos dispuestos a cooperar, colaborar y ser solidarios unos con otros».
Ese mensaje lo repitió varias veces, con distintas palabras pero el mismo objetivo de llamar a la unidad: «Debemos responder con una alianza global de los patriotas (…) Compartimos la esperanza del cambio y eso nos debe llevar a la absoluta hermandad, a la cooperación permanente, al trabajo hombro con hombro», aseguró.
Ese camino no es fácil, ECR e ID ya exploraron una posible fusión que quedó descartada, pero la colaboración se antoja más necesaria en la próxima legislatura si quieren explotar su previsible crecimiento. Y Vox espera poder hacer de pegamento entre las distintas corrientes. Más aún cuando, según sus expectativas, el Parlamento Europeo podría por primera vez arrojar unas mayorías alternativas con las que forzar a los populares a pactar con ellos. Vox está haciendo especial hincapié en este punto durante los primeros días de campaña, reprochando al PP su alianza con los socialistas en Bruselas y avisando de que tendrá que definirse tras el 9-J.
La decisión de Orbán
Otro actor en esta obra es Viktor Orbán, cuyo partido, Fidesz, fue expulsado en 2021 del Partido Popular Europeo y sus eurodiputados han permanecido en el grupo de no adscritos. En la próxima legislatura deberían elegir grupo y su cercanía a Abascal o Meloni les sitúan más cerca de ECR, pero aún no se han definido. En Vox ya han adelantado que estarían «encantados» de acogerle entre los suyos.
«Orbán es un buen amigo, es un líder conservador en sentido puro, es la defensa de los principios conservadores y ejecuta dentro de su nación esos principios conservadores, la defensa de la familia, la promoción de la natalidad, el crecimiento demográfico, la protección de las fronteras, la competitividad de sus empresas, los empleos estables… Como coincidimos en todo eso estaría encantado de compartir grupo con los diputados húngaros de Fidesz», dijo la pasada semana el cabeza de lista de Vox, Jorge Buxadé. En el aire queda el italiano Salvini, del que Vox se ha distanciado durante los últimos meses.