Víctimas del terrorismo honran a los 188 policías nacionales asesinados por ETA y otros grupos

Ya existía un libro de estas características, asegura Víctor Valentín Cotobal, vicepresidente de DyJ, pero sólo contaba con 186 víctimas, y que tan solo el hecho de que dos policías quedaran fuera de aquella edición, ya justifica reeditar este trabajo. El prólogo de esta nueva entrega ha quedado en manos de Teresa Jiménez Becerril, número dos del Defensor del Pueblo y víctima de ETA desde 1998, cuando la banda terrorista asesinó a su hermano Alberto, concejal del PP en Sevilla, y a su esposa, Ascen. «No quiero imaginar la impotencia de los policías ante tanto agravio a sus compañeros fallecidos, se parece a a la que yo siento cuando se homenajeaba al asesino de Alberto... Es necesario recordar sus nombres (los de las víctimas), su edad, dónde nacieron, dónde los mataron y por qué», destaca el prólogo escrito por Becerril.

El acto de presentación ha sido protagonizado por el presidente de DyJ, Daniel Portero, su vicepresidente, Víctor Valentín Cotobal, la propia Teresa Jiménez Becerril y Alberto Negri, presidente de la Fundación de Huérfanos del Cuerpo Nacional de Policía (CNP), quien ha querido recalcar que el evento ha tenido lugar en la que fue la antigua capilla del orfanato de «hijos de compañeros caídos en actos de servicio», reconvertido ahora en un memorial por esos 188 policías nacionales víctimas del terrorismo, cuyos nombres están grabados en los azulejos que flanquean la estancia, y cuyas vidas rescata esta obra de Dignidad y Justicia. También han estado presentes comisarios de la Policía Nacional y el diputado nacional de Vox Javier Ortega Smith.

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De esos 188 policías víctimas del terrorismo, 150 fueron asesinados por ETA (el resto por otros grupos como los Grapo o el yihadismo), cuya sombra, siempre tan alargada, ha tenido cierto protagonismo durante el acto. Daniel Portero ha recordado que durante los años del terror, la banda terrorista fijó como objetivos a 766 policías nacionales. «Este cuerpo no ha sido sólo víctima del dolor de la pérdida, también ha sido presa del miedo y la persecución», ha asegurado el presidente de DyJ. Lo cierto es que de los 188 asesinatos, 76 están sin resolver, un 40% del total. «No se puede olvidar mientras más de la mitad de los casos están sin resolver», por lo tanto, «no se puede decir nunca» que la banda terrorista ETA «ha terminado», asegura Portero.

Esa es la misión primordial de esta asociación que tiene numerosas causas abiertas en los tribunales contra jefes de la cúpula de ETA. «En muchos de los casos no sabemos exactamente quién fue el autor material de un asesinato, pero sí sabemos quiénes eran los altos mandos en la organización», por eso Dignidad y Justicia aboga porque a esos líderes «se les aplique la doctrina de responsabilidad de mando». Y más allá de los tribunales, «este libro sirve para luchar contra el relato», ha asegurado el vicepresidente de DyJ.

«Cuando asesinaban a policías lo hacían bajo la premisa de que en sede policial se llevaban a cabo torturas», pero «los primeros que torturaron fueron ellos», apuntaba Portero, después de poner como ejemplo el caso de los dos inspectores jefes asesinados y torturados en San Juan de Luz (Francia) el 4 de abril de 1976, Jesús María González Ituero y José Luis Martínez Martínez.

Las críticas a los últimos agravios cometidos por el Gobierno hacia las víctimas del terrorismo, como la nueva reforma de la ley de Seguridad Ciudadana pactado con Bildu que restringe ciertas actuaciones de las Fuerzas de Seguridad, marcaron el turno de preguntas. Portero se ha limitado a abogar por algo que ya se pide en el ámbito de la judicatura, «que al fiscal general del Estado lo elijan los fiscales, que al presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) lo elijan los jueces», y que a los altos mandos de las Fuerzas de Seguridad los elija el cuerpo, «eso daría una imagen de independencia».

Dignidad y Justicia lucha por la reapertura y el esclarecimiento de asesinatos que han prescrito, causas anteriores incluso a la ley de Amnistía del año 1977. «Con aquella ley ocurrió lo mismo que está sucediendo ahora con el independentismo catalán, se olvida lo que pasó hace pocos años», ha asegurado Daniel Portero. «Le debemos mucho a las víctimas, también a las que fueron asesinadas antes del año 77», apuntó Jiménez Becerril.

El acto ha terminado con una petición por parte del vicepresidente de la asociación para que todas las comisarías de Policía lleven el nombre de una de las 188 víctimas. «Estamos donde estamos porque otros dieron su vida por el Estado de derecho, son víctimas que representaban a un pilar de nuestra democracia y Constitución», ha comentado Cotobal.