La semana en la que los insultos ganaron a la política
Los «morritos» que el alcalde de Valladolid ve a Pajín, el «plumero» que Blanco contempla en Rajoy y los «pocos huevos» que Reverte observó en la despedida de Moratinos han sembrado de polémicas desafortunadas la actualidad informativa
Muchos de los comentarios que dejan reflejados en los artículos los lectores de ABC en su edición digital se muestran indignados porque, tal y como "pinta" el panorama de crisis y paro en el país y con medio Gobierno echando a andar en nuevos ... cometidos, tras la última remodelación emprendida, los dirigentes políticos centren sus esfuerzos en atacar, defenderse de las críticas de otros o responder ante la polémica levantada por otros comentarios. Y que precisamente se produzca esta escalada de insultos a semana en la que el presidente Zapatero ha salido a defender las virtudes "de comunicar mejor" la política y en la que los expertos politólogos han opinado sobre la necesidad de no entronizar la "propaganda" y dejar paso a la comunicación eficaz de las medidas que se adopten por parte de las autoridades.
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Lo cierto es que varias han sido las declaraciones desafortunadas que han salpicado la actualidad política en los últimos días, y que han acaparado buena parte de los titulares informativos y de las interpelaciones periodísticas en ruedas de prensa a los representantes del pueblo. La degradación de la política, en primer grado, nos ha dejado los "morritos" de Leire Pajín, el "plumero" de Mariano Rajoy o el "perfecto mierda sin huevos" de Miguel Ángel Moratinos. Estas tres descalificaciones o palabras pronunciadas con más o menos tino han provocado también escenas poco habituales en política, como la de un ministro del Gobierno telefoneando a una emisora de radio para aclarar el significado de su entrecomillado , o la de diputados respondiendo a un académico de la lengua a través de una red social y avivando el fuego propinándole más epítetos , e incluso, a una Federación de Municipios y Provincias supeditada al protagonismo alcanzado por uno de sus alcaldes .
El de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva, armó la marimonera cuando en declaraciones a Onda Cero habló de que "cuando ve los morritos" de la nueva ministra de Sanidad, siempre "piensa lo mismo", aunque no lo va a decir. Pero ya lo había dicho, y pronto asistimos a una comparecencia sin par del vicesecretario general del PSOE, José Blanco, que forzó el retraso de la jura del cargo por los nuevos representantes gubernamentales al comparecer en Ferraz ante las teles y medios de todo el país para pedir un castigo público del PP a su regidor. Ambos convertían, en un segundo, a la nueva ministra de Sanidad, Política Social e Igualdad en protagonista indiscutible de la jornada, y de la semana incluso, por lo que tanto el presidente del Gobierno como sus compañeros de filas se afanaban en demostrar a la luz pública su apoyo a Pajín.
Ninguneo y perdón por espacio de tres días
Solo faltó la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, dando la espalda a un acto de tal relevancia cinematográfica como la Seminci de Valladolid como gesto de repulsa por las palabras de León de la Riva, que se han calificado como "machistas, sexistas, repugnantes..." y un reguero de declaraciones políticas seguidas de la primera. Con el revuelo ya formado, el mismo ministro de Fomento apareció en un acto socialista hablando de que a "Rajoy se le ve el plumero" y, claro, para qué quieres más, cuando Alfonso Guerra llamó "mariposón" al jefe de la oposición. Veinticuatro horas después, Blanco llamaba en directo al programa de Carlos Herrera en Onda Cero para matizar que lo que quería decir era, realmente, "que Rajoy tiene una agenda oculta". Las palabras habían sido desafortunadas, aceptó Blanco, cosa que pudo provocar que ayer la FEMP (Federación Española de Municipios y Provincias) aceptase las disculpas públicas que ha verbalizado León de la Riva seis veces en una semana. También Pajín aceptó ese "perdón" demandado por el primer edil pucelano, pero en el PSOE no todos se habían enterado de que el nuevo comando era no hacer escarnio del alcalde y salió José Antonio Alonso, portavoz del Grupo Socialista, a exigir de nuevo su dimisión. Lo hizo sólo unos pocos minutos después de que su partido, incluidas la propia ministra de Cultura y la aludida de Sanidad, diesen por zanjada la polémica a los tres días de saltar al ruedo.
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