Sánchez ofrece a Puigdemont lo que ya pactó con ERC hace un año

El prófugo independentista sigue insaciable y pide más gestos y el presidente en funciones continúa con los incentivos. Ni referéndum ni amnistía, pero sí otros atractivos. Acompañado, por cierto, de la líder de Sumar y vicepresidenta en funciones, Yolanda Díaz, que se sumó al cortejo. En Sumar negocian directamente con Puigdemont para convencerle, mientras la líder de Podemos, Ione Belarra, le pide al PSOE que «considere» la amnistía para solucionar el conflicto territorial.

La candidatura de la expresidenta balear —que gobernó ocho años con el nacionalismo de las islas— a presidir la Cámara es un estímulo. Pero ayer hubo más: Sánchez le ofreció a Puigdemont lo mismo que pactó con ERC hace un año en la mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat: impulsar el catalán en el Senado y en la UE.

Fue un guiño infructuoso. La portavoz de ERC, Marta Rovira, se lo recordó en Twitter al presidente: «¿Qué gesto? Si esto ya lo asumió y selló en los acuerdos de la mesa de negociación el 7 de julio de 2022. En el Parlamento Europeo hemos trabajado mucho. Cumpla y termine el trabajo. Así, no».

En septiembre del año pasado, el Gobierno solicitó formalmente por carta el uso del catalán, el gallego y el euskera en la Eurocámara. Y a final de año, el ministro de Asuntos Exteriores en funciones, José Manuel Albares, reiteró la petición a Roberta Metsola, presidenta del Parlamento Europeo.

No obstante, la estrategia del PSOE ha sido ambivalente en este asunto. En noviembre, la Comisión de Asuntos Exteriores del Senado rechazó con el voto en contra del Partido Popular y la abstención del PSOE una iniciativa de Junts para forzar al Gobierno a impulsar la oficialidad de las lenguas cooficiales en la Unión Europea. La moción había sido impulsada por Junts y solo votaron a favor de ERC, PNV y Bildu. Vox también votó en contra. Pero la abstención del PSOE fue definitiva para tumbar la propuesta.

A 24 horas de la votación para la Mesa del Congreso, en su primera intervención ante el Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso, Sánchez se comprometió a impulsar la utilización de las lenguas cooficiales en las instituciones comunitarias: «La promoción de las lenguas cooficiales debe ser tarea de todas las instituciones, son un enorme activo del país, por eso vamos a impulsar su uso en las instituciones comunitarias como un compromiso que voy a desarrollar durante la presidencia española del Consejo de la UE. No hay propósito más noble para construir la convivencia». Una reclamación histórica del nacionalismo, entre ellos del mismo Carles Puigdemont.

En esa línea, se pronunció Díaz en la primera intervención del Grupo Parlamentario Plurinacional de Sumar. Sólo que, en esta ocasión, en referencia al Parlamento español. «Para nosotros es clave cambiar el reglamento de la Cámara para que se hable en catalán, euskera, gallego... y bueno, también en aragonés», dijo. Esta propuesta no es nueva. La vicepresidenta en funciones ya lo anticipó a principios del mes, pero ahora coincide con el órdago de Sánchez a Junts, dentro de un alegato mayor sobre España como «país de países».

En ese sentido, afirmó que el hecho de iniciar la campaña electoral del 23J «en gallego y catalán» no fue casual, y que las urnas han refrendado sus «políticas progresistas» de la última legislatura, por lo que estarían legitimados para trabajar y «alcanzar un nuevo acuerdo territorial». La líder de Sumar también se pronunció sobre la candidatura de Francina Armengol a presidir la Mesa del Congreso, a quien considera alguien con las características que representan «la España del siglo XXI». Momentos antes, Aina Vidal, la había descrito como un perfil «claramente plurinacional».

Sánchez propuso a Armengol porque, según él, «es una socialista feminista, una mujer con carácter y fuertes convicciones». Y ensalzó su perfil «dialogante» como elemento de carácter clave para poder dirigir la Cámara Baja en una legislatura que, según apuntó, estará «llena de desafíos, oportunidades, mucho diálogo y acuerdos».

Pese a todo lo anterior, a Puigdemont ya no le valen las palabras, quiere «hechos comprobables» antes de decidir su voto, sea para la Mesa del Congreso o la investidura. En estos términos se expresó ayer a través de sus redes sociales. E insistió en que «no pueden avanzar nacionalmente a base de promesas formuladas por quien las incumple».

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«Los puntos cardinales de nuestra posición no han variado, por más presiones y correderas de última hora que haya, y algún insulto que se les descontrola», advirtió el fugado. Insistió en que «no tienen ninguna confianza en los partidos políticos españoles» y que, por tanto, «toda precaución es poca». «Las promesas no nos calientan ni enfrían», avisó ya el independentista, previamente a la intervención de Sánchez ante su grupo parlamentario.

En su tuit, Puigdemont no entró a valorar a la candidata socialista, pero sí criticó al «sistema político y medático español», quien a su juicio «habla de chantaje», al referirse a sus peticiones. «Es un error que desvela hasta qué punto ignoran, sea por desinterés o por soberbia, la realidad que nos ha llevado hasta aquí», expuso el líder de Junts, señalando que su postura no es más que «el resultado de una profunda desconfianza, basada en hechos reales, que no va a desaparecer por un acuerdo» y tampoco se hará «más profunda» por un desacuerdo.

En otra parte de su discurso ante los diputados socialistas, Sánchez aseguró que el Partido Popular «ha dinamitado todos los puentes» para pactar con cualquier fuerza política que no sea Vox. Y añadió que cada vez que PP y Vox pactan lo que hacen es «destruir consensos». También cargó contra el PP por sugerir que Feijóo se presentará a la investidura sin tener apoyos. «No es la hora de presiones al jefe del Estado ni de cábalas mágicas», dijo.