Sánchez defiende la amnistía «en el nombre de España» y admite que lo hace para seguir gobernando
El Comité Federal le ovaciona tras defender el olvido legal de los delitos de Puigdemont haciendo, confiesa, «de la necesidad virtud»
Comité Federal del PSOE, en directo
La pregunta del PSOE a la militancia sobre el pacto con Sumar que no menciona la amnistía
Tres meses después de las elecciones y veinticinco días de que fuese designado candidato a la investidura por el Rey, Pedro Sánchez defendió, al fin, por primera vez y sin ambages, la amnistía para Carles Puigdemont y los encausados por el ‘procés’. Lo hizo en ... la sede de Ferraz, ante el Comité Federal del PSOE, el máximo órgano entre congresos de la formación que en otro octubre de hace siete años terminó con su dimisión de la secretaría general, a la que terminaría volviendo. Fue en el último tramo de su discurso, de una hora de duración, y lo hizo apelando por dos veces a la nación. «Cataluña está lista para el reencuentro total. Los representantes de más del 80 por ciento de los catalanes respaldan esta medida. Y por esas mismas razones, en el nombre de España, en el interés de España, en defensa de la convivencia entre españoles, defiendo hoy la amnistía en Cataluña por los hechos acaecidos en la década pasada», afirmó en el momento álgido de su discurso. Como un resorte, el plenario se puso en pie para ovacionarle, batiendo palmas los principales miembros de la cúpula socialista y del Gobierno, entre ellos el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños; la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera; la portavoz Isabel Rodríguez; la titular de Hacienda, María Jesús Montero; la de Educación, Pilar Alegría y el responsable de Asuntos Exteriores y ahora también diputado del Grupo Socialista, José Manuel Albares. Sólo el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y toda su delegación evitaron sumarse a la aclamación al líder del partido.
Sánchez admitió que el olvido legal para quienes en 2017 incumplieron la Constitución y el Estatuto e ignoraron diversas advertencias para aprobar primero las llamadas leyes de desconexión, organizar luego el referéndum ilegal del 1-O y finalmente proclamar unilateralmente la independencia, sin reconocimiento internacional alguno, no era «nuestro plan para este momento». Y terminó reconociendo, tirando de refrán, que se trataba de «hacer de la necesidad virtud», dado lo imprescindible del sí de los independentistas, singularmente los siete diputados de Junts per Catalunya, para que su investidura salga adelante. En sus propias palabras: «Esta es la única vía posible para que haya un gobierno en España y no dar a Feijóo y a Abascal una segunda oportunidad de formar un gobierno que nos haría retroceder décadas en sólo unos años». E incluso afirmó que un eventual Ejecutivo de los dos partidos de la derecha «seguiría el mismo rumbo de colisión de la década pasada hasta ensanchar un abismo, probablemente insalvable, entre Cataluña y el conjunto de España. Por tanto, sí, de la necesidad virtud. Y de la necesidad virtud porque tengo la certeza de que contribuirá a la normalización política en Cataluña», remató su argumento, volviendo a responsabilizar en parte al Gobierno de Mariano Rajoy de lo que ocurrió hace seis años.
Page no se levanta
Después de su discurso hubo otros dos, también en abierto, de los proclamados candidatos socialistas a las elecciones de Galicia y el País Vasco del año que viene, José Ramón Besteiro y Eneko Andueza. Un mero entreacto para lo que vino después, ya sin las cámaras de testigos, y con la plana mayor del socialismo cara a cara. Hubo más de treinta turnos de palabra, la inmensa mayoría a favor de la senda de la amnistía marcada por el secretario general. Sólo hubo dos voces discordantes, según precisan diversos dirigentes presentes en la reunión. la consabida de Page, que mostró su disconformidad con la amnistía e incuso matizó que el debate sobre la misma no es únicamente si cabe en la Constitución, dado que, ejemplificó, «Vox también entra en la Constitución» sino, precisó, «el choque con nuestro proyecto político. No hay garantías de que el independentismo renuncie a volver al punto de partida», sentenció en su intervención. La otra intervención discordante, para sorpresa de propios y extraños, fue la del exalcalde de San Sebastián, Odón Elorza, quien se preguntó en voz alta «¿qué ceden ellos?» y afirmó que «no podemos apoyarnos en Puigdemont, que desprecia a la democracia y desprecia a España» y que incluso dijo que «no es una amnistía para la convivencia, es una amnistía para la investidura».
La sesión se alargó mucho más de lo previsible, como empezó a evidenciar pasado el mediodía la riada de dirigentes de diversos territorios que abandonaban apresuradamente la sede central del partido alegando la inminente salida del AVE para su localidad de origen. Algunos, incluso, bromeaban sobre si llegarían a ver el clásico Barcelona-Real Madrid, que empezó a las cuatro y cuarto de la tarde, e incluso sobre el resultado del mismo, como hicieron los líderes catalán y valenciano, Salvador Illa y Ximo Puig. Más o menos a esa hora se disolvió el encuentro, en el que se aprobó también la consulta a la militancia sobre el acuerdo de Gobierno con Sumar, obligada por los estatutos, que se amplía, como anunció desde Bruselas el propio Sánchez, al «apoyo de otras formaciones políticas para alcanzar la mayoría necesaria». Los afiliados, unos 172.000, podrán votar telemáticamente desde mañana y hasta el próximo sábado, cuando se podrá hacer también de manera presencial en las agrupaciones. La pregunta de marras no menciona a los independentistas y mucho menos la amnistía. Sobre eso hubo debate dentro del Comité Federal y varios pronunciamientos ante los medios fuera.
El presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, apeló a que «si algo tiene la militancia socialista española, y la militancia socialista asturiana es que es muy políticamente formada y que cuando toma una decisión la toma clara. No tengo ninguna duda de que los militantes van a decidir teniendo muy claro lo que votan», sentenció. El exalcalde de Valladolid, Óscar Puente, uno de los que se apresuró hacia el AVE, contestó a la pregunta de por qué no se incluía la palabra amnistía diciendo que «¡hombre! no vamos a hacer una pregunta inmensa, pero está claro que en la pregunta va implícito». Y antes de llegar, y por lo tanto de conocer el contenido exacto de la pregunta, de nuevo Page buscó una analogía con cierta intención para mostrar su recelo: «Que no nos pase con las preguntas como con el juego ese del rasca, que tienes que darle para saber exáctamente la pregunta, pero ya después».
Sánchez aseguró también que la «la amnistía no es un fin en sí mismo, ni es el fin del camino. Es un medio para avanzar en el camino de la concordia y el reencuentro entre catalanes, y entre catalanes y el resto de españoles y españolas». El líder socialista apeló a los indultos que concedió en 2021 a Oriol Junqueras y el resto de cabecillas del ‘procés’ condenados por sedición por el Tribunal Supremo, para argumentar que ya entonces fueron discutidos, pero que a su juicio han servido para normalizar Cataluña, como ha repetido infinidad de veces. En esa línea concluyó que «otra vez nos hallamos ante un paso discutible y entiendo perfectamente a quienes, desde el dolor por los recuerdos, sienten un desgarro. Yo me hago cargo de ello. Pero nuestra responsabilidad como políticos es dar ese paso, porque no podemos permitir que el pasado nos cierre las puertas del futuro», sentenció.
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