Sánchez pide a sus militantes un cheque en blanco para pactar la amnistía

El Comité Federal del PSOE celebrará este sábado una de sus reuniones más importantes de los últimos tiempos. Pedro Sánchez se dirigirá a los suyos a treinta días justos de la fecha límite, el 27 de noviembre, para evitar una nueva repetición electoral, algo que pasa porque consiga el apoyo de los partidos del independentismo catalán a su investidura, para la que fue designado por el Rey hace ya casi un mes. Y eso sólo puede conseguirlo con la amnistía que reclama Carles Puigdemont, además de ERC.

Ayer, durante una escueta rueda de prensa en Bruselas al término del Consejo Europeo, el presidente del Gobierno en funciones y secretario general del PSOE se descolgó solicitando a la militancia una suerte de cheque en blanco para firmar un acuerdo con los separatistas que incluya ese olvido legal a los delitos cometidos durante el golpe secesionista de 2017 en Cataluña.

«Lo que vamos a someter a consulta es el contenido del Gobierno de coalición y por tanto el acuerdo con Sumar», afirmó en referencia a lo firmado esta misma semana con Yolanda Díaz. Y añadió: «Pero, a diferencia de lo que ocurrió en 2019, en esta ocasión también vamos a incorporar si la militancia avala el que logremos acuerdos parlamentarios con el resto de formaciones políticas que nos permitan lograr la mayoría para la investidura».

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Los estatutos del PSOE obligan a consultar a los afiliados sobre los acuerdos de Gobierno con otras formaciones. Así se hizo en 2016, cuando Sánchez firmó uno con Albert Rivera que no pudo llevar a cabo y en 2019 para el acuerdo con Pablo Iglesias que cimentó la coalición con Unidas Podemos, la primera de la democracia.

El hecho de que el pacto con Sumar, de casi cincuenta folios, no mencione la amnistía disparó las especulaciones sobre que eso permitiría impedir poner a los militantes en el brete de tener que avalar la polémica medida, desaprobada por muchos simpatizantes socialistas, según algunas encuestas, y por dirigentes tan significados como el expresidente Felipe González, quien este mismo viernes en Avilés volvió a posicionarse en contra. Las palabras de Sánchez van en dirección contraria, si bien hay que conocer el redactado exacto de la pregunta que tendrán que contestar los militantes del partido. Es el tercer punto en el orden del día de la reunión del máximo órgano entre congresos del PSOE, donde además se ratificará a los candidatos socialistas a las elecciones del País Vasco y Galicia del año que viene, Eneko Andueza y José Ramón Gómez Besteiro.

A la espera de esa redacción definitiva, Sánchez explicó desde la capital comunitaria que el sentido de la consulta será «si estamos todos de acuerdo en lograr esa mayoría parlamentaria que permita tener una mayoría que nos permita la investidura», afirmó tras citar expresamente a Junts, ERC, PNV, el BNG, Bildu e incluso Coalición Canaria, aunque este último partido votó a favor de la investidura de Alberto Núñez Feijóo y no ha dado su sí a Sánchez. Como por otra parte tampoco ha hecho el resto de sus potenciales socios, salvo los de Arnaldo Otegi, con los que primera vez se ha reunido un presidente del Gobierno.