Reuniones hasta medianoche y sin móviles: Feijóo se encierra con su cúpula para armar un semestre que define la legislatura

Defienden en Génova que no se trata de un «elemento aisado». Pone el broche a una semana que arrancó con un Comité de Dirección ordinario, seguido de un Comité Ejecutivo Nacional y justo una semana antes de la reunión interparlamentaria que se celebrará los próximos 20 y 21 de enero. Y a la que seguirá una reunión de la Junta Directiva Nacional. El PP busca afinarse tras el parón navideño y prepararse para un semestre que se entiende clave para medir el devenir de la legislatura.

Estas jornadas, por tanto, no son un elemento aislado. En Génova las definen como una especie de auditoría interna para «reposicionarnos» y analizar un contexto político que, tras lo sucedido en el pleno del Congreso con las nuevas cesiones del Gobierno a Junts, el PP entiende que ha consolidado su diagnóstico. Pero que también supone un punto de inflexión porque ha dejado muy a las claras que la legislatura será inestable y que es completamente impredecible cuántas cesiones está dispuesto a conceder Pedro Sánchez.

Las reuniones empezaron a desarrollarse en la tarde del jueves y ocuparon hasta la medianoche. Sin agenda pública que atender, la reunión ha ocupado también todo el día de hoy. El cónclave sirve también para reforzar vínculos personales en una dirección que acaba de incorporar nuevos integrantes. Las reuniones de los lunes del Comité de Dirección duran normalmente tres o cuatro horas y están muy condicionadas por la actualidad. Feijóo ha buscado con estas jornadas de trabajo un debate más sosegado. Se quiere mucha profundidad. Los móviles se quedan fuera de la sala de trabajo. Salvo los de Luis de la Matta y Mar Sánchez. En estas sesiones los vicesecretarios han hecho exposiciones prolongadas sobre los planes de sus vicesecretarías y se generalizan las intervenciones. «Estudiamos por ejemplo en qué asuntos ser más contundentes y en cuáles toca ser más propositivos para anticiparnos a algunos debates», refieren desde el retiro popular.

La idea es establecer un mapa con las preferencias del partido, sobre qué debates querrían abrirse, pero también prepararse para asuntos que la izquierda pueda llevar al debate público y que requieran de un debate sosegado antes de fijar posición. Se trata de que los trabajos de estos días sirvan para construir una base en esas tomas de posiciones. Los cambios que ejecutó Feijóo en la dirección iban en la línea de ampliar los recursos del partido para hacer oposición a un Gobierno que tiene una gran capacidad para marcar la agenda y generar mensajes y polémicas.

Feijóo quiere al partido sintonizado de cara a un semestre que entienden clave para el devenir de la legislatura. En Génova no se llaman a engaño. Su aspiración es la de una legislatura corta. Pero son conscientes que hasta que no esté aprobada la ley de amnistía y se celebren las elecciones catalanas, como tarde en el primer trimestre de 2025, este extremo será difícil de predecir. En cualquier caso, el presente semestre está salpicado por tres elecciones (gallegas, vascas y europeas) que el PP entiende que deben entenderse como exámenes para el Gobierno. En las jornadas de Toledo se ha hecho un análisis electoral global y pormenorizado en los territorios que van a celebrar elecciones. El PP cree que ahí se va a determinar «si Sánchez coge oxígeno o si no lo hace y sigue su deterioro».