Rafael Marcos, víctima de Irene Montero: «Es peligrosísimo que esta mujer ocupe un ministerio desde el que transmite odio»
El ex de María Sevilla, a quien la ministra todavía no ha indemnizado, lucha ahora por revocar el indulto que, pese al secuestro del menor, le concedió el Gobierno
Irene Montero, al borde del embargo por no pagar 18.000 euros al hombre al que llamó maltratador
La lucha de Rafael Marcos es la que libran cada día en España miles de hombres que se encuentran en su misma situación, aunque sólo él se haya convertido en la cara visible y víctima de un síndrome –el de alienación parental– que si bien ... no puede ser denunciado como delito ni utilizarse como fundamento legal en los tribunales, jueces, fiscales, forenses y abogados de familia saben perfectamente que existe. Y vaya que si existe. De eso dan fe las sesiones de tratamiento psicológico que ha necesitado Samuel para recomponer las heridas infligidas por una madre que, en su afán de apartarlo de su progenitor tras fracasar cada denuncia que le interponía, no aceptó que la Justicia diera a Rafael Marcos la custodia del niño y se fugó con él. Lo que el Código Penal calificaba de delito (sustracción de menores) para Irene Montero era el gesto de una «madre protectora» ante un «maltratador». «Es peligrosísimo que esta mujer ocupe un ministerio desde el que lo único que hace es transmitir odio y no proteger a las mujeres que de verdad sufren este tipo de violencia», dice el afectado en conversación con ABC.
No hay dinero que pueda pagar el peregrinaje judicial de la expareja de María Sevilla, quien se muestra satisfecho con la condena de Montero, pero no restaurado en su honor. «Que alguien del calibre de una ministra te tache de maltratador crea una sombra y huella muy grande», confiesa Marcos, que confía en que el recorrido de la recién admitida demanda contra Ángela Rodríguez 'Pam', la número dos de Montero –por declaraciones similares a raíz del indulto– siga el mismo recorrido que la de la ministra y termine también con condena.
El segundo frente de Marcos es el recurso que ha interpuesto contra el indulto del Gobierno a su ex, pues, a su juicio, no hay razones de equidad ni de utilidad pública que puedan justificar un gesto que premia al que delinque y que le deja ejercer, además, la patria potestad.
De momento, Rafael Marcos intenta rehacer su vida con Samuel y recuperar el tiempo perdido, nada menos que los ocho años en los que María Sevilla impidió que padre e hijo tuvieran contacto sembrando el historial de Marcos de denuncias archivadas. Ahora es el chaval el que, con 16 años, no quiere saber nada de su madre. Se siente «engañado y manipulado». «El mundo se le ha caído encima cuando se ha ido enterando (siempre con la supervisión de los especialistas) de lo sucedido». Cursa cuarto de la ESO y tiene un futuro prometedor como ingeniero mecánico.
Sin rencor alguno y sentido común, Marcos reflexiona sobre el peligro del discurso del feminismo radical que quiere enfrentar a hombres y mujeres. «Ni todos los hombres son maltratadores ni todas las mujeres son víctimas». No es una cuestión de sexos, inste, sino de personas (y personalidades). «Por ser hombre no tenemos potenciales que nos empujen a hacer daño», dice.
El ex de María Sevilla llama «a salir a la calle» para que el Gobierno dé marcha atrás a medidas como la retirada de la custodia o de la patria potestad por una mera denuncia, porque mientras se resuelve el pleito «la vida de los niños va pasando sin uno de sus progenitores a unas edades además en las que se está formando su carácter y su personalidad».
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